Te pasas el día de un lado a otro, haces mil actividades y resuelves igual cantidad de pendientes. Llega la noche y parece que el cansancio es tal que apenas toques la cama caerás como piedra hacia un sueño profundo, pero… ¡sorpresa! Te acuestas y algo pasa que se te ponen los ojos de plato y la mente inquieta. Si esto te resulta familiar, tienes que probar el yoga nidra.
No es una solución mágica contra el insomnio, sino una técnica de relajación que nos prepara física y mentalmente para un mejor descanso. Es una excelente opción para quienes padecen ansiedad o no pueden dejar de pensar cuando intentan dormir.
Pero, ¿qué es el yoga nidra? Básicamente se trata de meditaciones, visualizaciones o recorridos corporales guiados para poder llegar a la calma y de ahí pasar naturalmente al sueño. Hay diversas técnicas y no se necesita más que confiar en su eficacia para practicarlo; si lo buscas en YouTube encontrarás muchísimos videos y opciones que puedes poner a prueba.
Otra idea que me gusta porque es más cercana y personalizada es hacer tu propio ritual de yoga nidra, para lo cual te comparto a continuación un paso a paso. Sugiero acompañarlo con esencia de lavanda o melisa, ideales para relajar. Basta con que rocíes un poco en tu almohada o que te pongas una gotita de su aceite en la punta de la nariz.
Hacia los dulces sueños:
1. Asegúrate de contar con las condiciones que requieras para tu descanso en términos de oscuridad, temperatura y comodidad. Acuéstate como te sientas mejor; si te acomoda, que sea boca arriba.
2. Haz unas cinco respiraciones profundas, sin esfuerzo ni mucha atención, sólo para marcar que el día ha llegado a su fin y es tiempo de pausar la actividad.
3. No luches contra tu mente ni trates de silenciarla a la fuerza; deja que los pensamientos fluyan, pero no te detengas en ninguno.
4. Entrega el peso de tu cuerpo en la cama, deja que caiga con libertad.
5. Empieza un recorrido que irá de los pies a la cabeza, no importa si te saltas alguna zona o si te quedas demasiado tiempo en otra.
6. Tú decides el grado de detalle que requieres. Para algunas personas pensar en las piernas puede ser suficiente, mientras que otras necesitan recorrer pantorrillas, rodillas y muslos, por ejemplo.
7. Conforme sientes cada parte de tu cuerpo, la desactivas. La visualizas para pedirle que descanse. Cuando llegues al corazón, siente o imagina tu pulso cada vez más tranquilo.
8. Notarás cómo conforme avanzas en el recorrido corporal te deshaces de otros pensamientos, tu mente se enfoca en ti y en el objetivo del descanso.
9. Déjate llevar y ten paciencia. El yoga nidra, como toda práctica, requiere constancia; no te castigues si no funciona desde la primera vez, avanza poco a poco y descubre qué combinación te funciona mejor.
NAMASTE.