Después de alguna tragedia o evento traumático colectivo, como el sismo del pasado 19 de septiembre, es normal que pasados unos cuantos días, cuando aparentemente todo comienza a retomar su curso, los niveles de ansiedad o angustia dentro de la población se encuentren muy elevados. Diversos especialistas han diagnosticado que una sociedad que ha atravesado recientemente por una tragedia puede tardar hasta 12 meses en procesar el miedo y el dolor. Sin embargo, los adultos mayores pueden tardar más de 18 meses o nunca llegar a superarlo del todo.

Es muy importante que las personas de la tercera edad cuenten con el apoyo de sus seres queridos. Según los expertos, gran parte de su angustia proviene de que se preocupan constantemente por la salud y seguridad de las personas de su familia, mucho más que por las propias. Es importante hacerles saber que en su familia todos están bien, que no se expondrán a ningún peligro y que tomarán las precauciones necesarias. Eso los hará sentir mucho más tranquilos. 

También se recomienda tener especial cuidado con la información que se comparte con ellos, evitar a toda costa el alarmismo y el amarillismo, no sobreexponerlos a imágenes perturbadoras y no hablar del tema más allá de lo necesario. Los adultos mayores son mucho más sensibles a ciertas historias o fotografías, pues crecieron y vivieron gran parte de sus vidas en un mundo mucho menos visual e interconectado, y las cosas que a nosotros nos parecen cotidianas a ellos podrían impactarlos gravemente.

Por úlitmo, debemos intentar retomar la rutina lo antes posible, para evitar los efectos colaterales de angustia y descontrol. Si no es posible volver a hacer la vida cotidiana del mismo modo, podemos al menos intentar comer, dormir y realizar actividades diarias a las horas acostumbradas. No te presiones ni presiones a tus seres queridos; la recuperación será un proceso largo, pero juntos será mucho más sencillo y llevadero.