La izquierda, la derecha, el movimiento LGBT, el feminismo, el nacionalismo (por citar algunos), todos tienen su razón de ser, generalmente son derechos por los que se luchan. Pero, ¿existe algún riesgo en adoptar este tipo de pensamiento? Como te diría cualquier buen abogado: depende.
Cuando un grupo de personas se reúnen para alzar la voz en contra de injusticias, resulta difícil catalogarlo como algo negativo. Sin embargo, la identificación excesiva con un tipo de pensamiento particular podría limitar tu visión de la realidad. Por ejemplo: si eres defensor de los derechos de alguna especie animal, quizás no tomes en cuenta a las otras especies, es decir, lejos de ampliarla, tu perspectiva se hace más angosta.
Cuando a nivel personal cierta línea de pensamiento permea tu mente, te podría conducir a la creencia de que ese conjunto de ideas eres tú. Ahora bien, ¿qué peligro hay en pensar de determinada manera? No mucho, pero existe riesgo si éste inunda la percepción que tienes sobre ti mismo. A esto me refiero con radicalismo, cuando una persona se identifica sobremanera con una forma de pensar.
Al percibirte únicamente como un tipo de pensamiento, todo aquello que difiere o vaya en contra de dicho razonamiento se convierte en un ataque personal o una ofensa a tu persona. Para defender ese pensamiento, quizás respondas con algún argumento para intentar convencer al otro de su error. Tus ideas son las correctas y si se ven amenazadas por nociones diversas, éstas atentan contra la verdad absoluta. No, más bien, contra tu verdad última. En otras palabras te enfrentas a la aniquilación, puesto que tu imagen personal es casi en su totalidad ese conjunto de ideas que tienes. ¿Qué estarías dispuesto a hacer para no morir?
Recuerda que eres mucho más que tus ideas. Eres un hijo o hija, una madre o padre, un alumno, un profesionista, entre muchas otras miles de facetas de identificación personal. Si te quedas enfrascado en una sola, te pierdes de tantas otras que pudieran enriquecer la idea que prevalece sobre todas las identidades que tengas.
La finalidad de este artículo no es que dejes de adoptar posturas, sino invitarte a que no caigas en el error de reconocerte en una sola idea. Amplía el panorama de ti mismo, para evitar ser lastimado cuando se presenten puntos de vista que contiendan con el propio. Con esto, tal vez no resulte tan fácil sentirse ofendido ni lastimado. Consiste en estar mejor a pesar de la confrontación ideológica, e indagar en quién realmente eres.