La intención como actividad es una acción que una persona piensa o se propone hacer, es una idea que se persigue, un comportamiento. El concepto “intención” se refiere a la inclinación de la voluntad hacia un determinado propósito, que puede o no concretarse en la práctica tal como se concibió. De acuerdo con el budismo, las intenciones se alinean con los valores reales de una persona y son las mejores maneras de llevar la vida que se desea. Dice la renombrada maestra budista Sylvia Boorstein, que la intención correcta es la clave del óctuple camino del Buda.
Ahora bien, las intenciones pueden ser buenas o malas, pero la intención sabia, es decir, la intención reflexiva, podría ser la más importante. La intención sabia es lo que hace que nuestras vidas se encaminen en la dirección correcta. La práctica de esta intención es una forma de asegurarse de que nuestras acciones se dirijan hacia lo que en verdad deseamos; nos hará mantener al alcance el objetivo. La intención sabia es la piedra angular del esfuerzo inteligente, de las acciones que son sanas y positivas. Las instrucciones para el esfuerzo inteligente requieren que evaluemos continuamente nuestras acciones y elijamos aquellas que conducen a menos sufrimiento y evitemos aquellas que conducen a más sufrimiento. Esto se determina fácilmente al verificar si la acción está siendo impulsada por intenciones sanas o malsanas. Así que la claridad sobre nuestras intenciones debe estar presente para informar el esfuerzo inteligente.
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Hay algunos preceptos que nos harán identificar si nuestra intención es buena y viable y cabe dentro de los parámetros del budismo:
Esto va de la mano junto con otros preceptos, tales como:
En la intención sabia, todos los aspectos son igualmente cruciales. Eso es porque cada parte del camino es integral para todos los demás. En un sermón que el Buda predicó para su hijo, Rahula, Buda lo llamó para recomendarle que antes, durante y después de cada acción, verificara si sus intenciones eran potencialmente abusivas o explotadoras. Para identificar el fin de una intención se requiere suficiente claridad de mente, a través de la atención y concentración sabias, para discernir la intención negativa, y un esfuerzo sabio suficiente para ejercitar la autocontención.
¿Conoces tus intenciones? ¿Has identificado su fin?
Con información de Lion’s Roar