La inteligencia se ha definido como la capacidad que tiene una persona de resolver de manera creativa los problemas intelectuales que se le presentan; entonces, podemos decir que la inteligencia emocional es la cualidad que nos permite solucionar los problemas o las situaciones emotivo/afectivas. La inteligencia emocional nos ayuda a identificar, comprender y manejar nuestras emociones de manera positiva, evitando el estrés, comunicándonos asertivamente y empatizando con los demás.
Si deseas cultivar tu inteligencia emocional para establecer relaciones más sanas y exitosas, comienza con estos tips básicos:
Las situaciones estresantes pueden nublar la mente y el juicio disminuyendo tu capacidad para entender qué está ocurriendo, escuchar a los demás, tomar decisiones y comunicarte. Lo primero que debes hacer es identificar tu primera respuesta ante el estrés: ¿te enojas?, ¿te retraes?, ¿sudas? Una vez que sepas reconocer cuando estás estresado, será más sencillo tranquilizarte. Encuentra la forma que mejor te funcione: meditar, tomarte 5 minutos a solas, hacer ejercicio, etcétera.
2. Admite tus emociones
Aprender a identificar cómo te sientes requiere de un arduo trabajo de autoconocimiento. Lo primero que debes hacer es prestar atención a tu cuerpo: ¿dónde sientes la ira? ¿y la felicidad? ¿hay alguna reacción particular en tu cuerpo cuando estás triste? Saber cómo reaccionas a determinadas emociones es la mitad del camino, la segunda parte consiste en aprender a controlarlas y para lograrlo no debes tratar de negarlas u ocultarlas. Cuando dejes de pelear contra tus emociones y las aceptes dejarán de ser amenazadoras.
3. Mejora tu comunicación no verbal
La mayoría de las veces lo que dices es igual de importante que cómo lo dices. Préstale atención a tus gestos cuando hablas, adopta una postura abierta y mira a los ojos a las personas a las que te diriges. Evita los brazos cruzados, los ojos esquivos y los balanceos mientras te comunicas.
Este punto aplica no sólo mientras estás hablando, pues la comunicación no verbal ocurre en todo momento, incluso cuando te encuentras en silencio. Reflexiona sobre lo que comunica tu cuerpo mientras escuchas a alguien más. ¿Demuestras disponibilidad y comprensión o rechazo?
4. Usa el sentido del humor a tu favor
El humor, las bromas y los juegos son antídotos naturales contra el estrés. Aprende a reírte de los problemas y de las adversidades. ¿Algo salió mal? ¿Te enfrentaste a un obstáculo inesperado? Relájate y busca la forma de reír y hacer reír a los que te rodean. Verás cómo súbitamente les devuelves la energía y el ánimo para resolver cualquier cosa. Usa tu creatividad; muchas veces basta un buen chiste para salvar el día.