La autocrítica es un ejercicio de conocimiento necesario para conocer las fortalezas de nuestras capacidades y debilidades. Sin embargo, a veces es necesario confiar en crearnos un futuro más brillante que el que imaginamos. Está bien reconocer que no se es bueno para alguna cosa, pero también debemos admitir que somos buenos en otras. Tenemos que sacarnos de la cabeza pensamientos trillados como “Nunca podré conseguir dinero”, “Esto nunca funcionará” o "Soy un fracaso". 

Decimos esto porque el mundo entero podría ponerse en tu contra y estamos seguros de que seguirías avanzando para alcanzar tus objetivos pero, cuando se trata de la crítica interna, esa voz en nuestra cabeza que nos dice “No puedes hacer esto” nos enfrenta a un obstáculo que encontramos infranqueable: uno mismo. Esto desencadena una lucha interior que se caracteriza por ser emocional e irreflexiva, afectando nuestro potencial, ánimo y posibilidades de desarrollo. En resumen, dejarnos dominar por nuestro crítico interior afecta tanto nuestro presente como nuestro futuro. A continuación te presentamos tres estrategias que te pueden ayudar a silenciar a tu crítico interno:

1. No dejes que tus emociones tomen el control de tu mente

Escucha a tus emociones, pero no dejes que tomen el control total de tus pensamientos y acciones. Trata de balancear tu punto de vista, ya que si tienes baja autoestima o estás enfrentando un punto especialmente difícil para ti, tu programación te dirá que eres un fracaso. Lo mejor es que te tomes unos momentos para calmarte y analices las cosas desde una perspectiva más amplia. Una cosa es poner atención a tus reacciones emocionales frente a ciertos estímulos y otra muy distinta dejarte atropellar por la ira o la desesperanza. 

2. Reconsidera tus ideas sobre el éxito y el fracaso

Sí, las cosas no pueden ser ideales siempre, pero en alguna ocasión lo han sido. Que una cosa falle es natural; de hecho, que muchas cosas fallen tiene cierta lógica, es parte del sistema, pues en realidad los éxitos son pocos. Eso no significa que seas un fracaso. De hecho, cada una de esas cosas que llamamos “fracasos” en realidad es una oportunidad de aprendizaje. Concéntrate en asimilar y aprovechar estas lecciones, ya que son las claves para un éxito futuro. 

3. Trátate como tratarías a tu mejor amigo

Si tu mejor amigo vino a ti deprimido para contarte sus fracasos y tú lo consolaste y le diste ánimos, ¿por qué no haces lo mismo contigo? No decimos que te autocompadezcas, pero tampoco tienes que ser tan duro. Cambia la perspectiva y enfrenta la situación de otra manera. Apuesta por ti mismo. 

Recuerda que tú tienes el poder de moldear tu visión acerca de ti y del mundo.

Con información de Psychology Today