Muchas veces, las personas se convierten en los peores jueces de sí mismos; se subestiman y no son capaces de reconocer sus habilidades y capacidades; se regañan y reprochan duramente a sí mismos cuando se equivocan; y se juzgan y critican por lo que consideran defectos o imperfecciones, sobre todo en lo relacionado con su apariencia.
Hace años se viralizó un video, que formaba parte de una campaña de la marca Dove para promover la autoestima, donde un dibujante recreaba los rostros de las personas según la propia descripción y, en otra imagen, las dibujaba según la descripción que alguien más daba de ellas.
Los resultados eran notablemente contrastantes. Mientras los dibujos basados en las descripciones propias destacaban y maximizaban todos los “defectos”, que en muchos casos ni siquiera eran reales, los dibujos hechos a partir de la descripción de un tercero se enfocaban mucho más en las cualidades.
Si no recuerdas el video mencionado, puedes verlo aquí abajo. Lo que se ve en él es una muestra muy clara de cómo muchas veces, por los juicios que hacen de sí mismas, las personas tienen una percepción distorsionada de quienes son en realidad; y esa percepción las vuelve incapaces de ver lo bello y positivo que hay en ellas y de reconocer todo aquello para lo que son buenas.
Ese tipo de ideas negativas sobre ti mismo, que dan vueltas constantemente en la mente, se vuelven creencias autolimitantes, que detienen el avance y evitan el desarrollo de la autoconfianza y el amor propio. Para vivir plena y auténticamente, es necesario romper esas creencias, reescribir las historias sobre uno mismo y descubrir la autoaceptación.
La autoaceptación es una de las bases para el crecimiento y la evolución, porque aceptarte no significa estancarte ni conformarte, sino respetarte, amarte, ser amable contigo mismo y tratarte con compasión; se trata de reconocer todo lo que haces bien y todo lo bueno que hay en ti, para que así puedas crear la mejor versión de ti mismo.
La autoaceptación es un proceso que te ayuda a derribar los muros de desconexión dentro de ti y te libera para experimentar y reclamar tu integridad. Te ayuda a disipar creencias obsoletas sobre ti mismo, romper lo que te detiene y reclamar el control, la confianza y la presencia que son tuyos.
En general, las personas suelen sobrevalorar sus defectos y deficiencias, mientras que subestiman sus virtudes, habilidades y logros; pero cuando se trata de un tercero, las cosas cambian y entonces el enfoque suele ir hacia lo positivo, mientras que lo negativo se minimiza.
Así como eres capaz de reconocer las cualidades y habilidades de los demás, la autoaceptación te vuelve capaz de reconocerlas también en ti; te ayuda a dejar de destacar siempre lo que consideras negativo para empezar a resaltar todo lo valioso y positivo que tienes.
Los siguientes pasos te pueden ayudar a lograr la autoaceptación
Acepta y reconoce que todas tus experiencias son parte de ti, ocupan espacio en tu interior y te han conducido a donde estás ahora y a ser quien eres hoy. No puedes cambiar el pasado, pero sí puedes resarcir tus errores, quedarte con la enseñanza que te hayan dejado y hacer lo necesario para no volver a cometerlos.
Así que en vez de negar o reprimir esas cosas que no te gustan del todo, mejor aprende a darles su lugar y escucharlas, pues quizás son señales de algo que debes trabajar para mejorar, avanzar y crecer.
En este punto es cuando puedes identificar las creencias erróneas que tienes sobre ti mismo. Identifica las cosas que te desagradan de ti y pregúntate de dónde viene ese disgusto.
¿Cómo llegaste a tener esa creencia? ¿Alguien te hizo comentarios hirientes al respecto? ¿Te sentiste avergonzado por ello alguna vez? ¿De verdad es tan mala esa parte de ti como crees que lo es?
Al preguntarte esto, ten en cuenta que a menudo sobrevaloras tus deficiencias y subestimas tus cualidades y logros positivos, así que sé compasivo y amable contigo mismo en el proceso de identificar de dónde vienen tus creencias limitantes.
Cuando empieces a observarte con amor y compasión, podrás ver cuáles son esas creencias limitantes y erróneas, así como ubicar de dónde surgieron para poder desaprenderlas y así sanar para liberar todo tu potencial.
Puedes repetir este ejercicio las veces que sea necesario y escribir diferentes aspectos positivos y valiosos sobre ti. Procura llevar contigo una de esas listas, coloca otra en tu área de trabajo, otra en el espejo y una más en el refrigerador, para que las tengas siempre presentes.
Si no sabes por dónde empezar, estas frases pueden servirte como inspiración:
Tener presente todo lo bueno y positivo que hay en ti te ayudará a tener más seguridad y confianza en ti mismo, hará crecer tu autoestima y amor propio, y te ayudará a amplificar todas esas cualidades, virtudes y habilidades.
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