¿Has notado cómo te sientes cuando te enojas? Suele ser como un chispazo rápido de emociones reactivas que se desencadenan por algo que te molesta, pero que al poco tiempo se calman y vuelves a sentirte tranquilo. El resentimiento, en cambio, es como un enojo lento y que se mantiene a través del tiempo; es como una ira de menor intensidad, pero mayor duración.
El resentimiento suele surgir como respuesta a una frustración o sensación de injusticia continua y no resuelta, que no has podido o no has elegido superar. Las siguientes son algunas de las posibles causas del resentimiento.
Muchas veces, en las relaciones de todo tipo, uno da más que el otro, o uno da todo y el otro no da nada. Puedes dedicar mucho tiempo y atención a la otra persona, escucharla, apoyarla y ayudarla cada vez que lo necesita, pero no suele ser algo recíproco.
Ese vínculo unilateral es un gran detonante de resentimiento, al sentir que el otro es egoísta o que no parece mostrar interés en tu vida ni brindarte el mismo tipo de atención que tú le das; por lo tanto, es posible que te sientas resentido con esa persona.
Cuando hablas de algo que es importante para ti y la otra persona no presta atención, cambia de tema o te hace sentir ignorado, puede ser algo doloroso. Si esto ocurre en repetidas ocasiones, se puede convertir en una causa de resentimiento, sobre todo si se trata de una persona importante para ti o con la que convives cotidianamente, como los compañeros de trabajo.
Mientras la ira es una reacción inmediata ante algo que te molesta, el resentimiento es la acumulación de múltiples problemas (de esos que ocasionan tu ira) que se repiten constantemente y no se resuelven.
Por ejemplo, cuando le pides a tu pareja o tus hijos que realicen determinada tarea de la casa, pero te dicen que están ocupados y lo harán más tarde, y ese “más tarde” nunca sucede; entonces, terminas por hacerlo tú o por tener una discusión al respecto.
Cuando esa situación se repite, aparece la frustración, que puede convertirse en resentimiento, el cual puede darse en ambas partes: en tu caso porque lo que pides no se hace y en el caso de ellos por las peticiones constantes de algo que quizás les desagrada hacer.
Agresiones constantes hacia tu persona
No necesariamente se trata de agresiones físicas (como empujones, palmadas o contacto físico que resulta agresivo y molesto), sino también de las palabras, que es lo más común.
Esas burlas o críticas sobre tu apariencia, forma de ser, de vestir o de comportarte, que se disfrazan de bromas, pero que que te molestan y lastiman, suelen ser un detonador de resentimiento, sobre todo cuando se vuelven algo constante y más aún cuando provienen de alguien que te importa.
Aunque tu resentimiento haya surgido de razones válidas, como cuando te han hecho sentir que te ignoran, no te escuchan, te subestiman o te faltan al respeto, eso no significa que debas vivir con él para siempre. Hay algunas formas de lidiar con el resentimiento, para que puedas vivir en paz; los siguientes pasos te pueden ayudar a liberarte de él.
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