La baja autoestima puede afectar casi todos los aspectos de tu vida; entre los más importantes están tus relaciones personales, tu trabajo y tu salud. Sin embargo, hay algunas medidas que te ayudarán a sentirte mejor. Especialistas de la Clínica Mayo comparten recomendaciones basadas en la terapia cognitivo-conductual.
Piensa en los factores que pueden perjudicar tu autoestima. Los desencadenantes más frecuentes incluyen una presentación del trabajo o la escuela, una crisis, un problema con tu pareja o compañero de trabajo, cambios inesperados como la pérdida de un ser querido o el empleo.
Una vez que identifiques las situaciones problemáticas, pon atención a lo que piensas sobre ellas. Esto incluye lo que te dices a ti mismo (diálogo interno) y tu interpretación del significado de la situación.
Tus pensamientos y creencias pueden ser positivos, negativos o neutros. Pueden ser racionales (basados en la razón o los hechos) o irracionales (basados en ideas falsas). Pregúntate si estas creencias son verdaderas. ¿Se las contarías a un amigo? Si no se las contarías a otra persona, no te las digas a ti mismo.
Es posible que los pensamientos iniciales no sean la única manera de ver una situación, por eso, evalúa la precisión de tus pensamientos. Pregúntate si tu visión es coherente con los hechos y la lógica, o si podría haber otras explicaciones para la situación.
También presta atención a los patrones de pensamiento que disminuyen la autoestima:
Los especialistas recomiendan reemplazar los pensamientos negativos o inexactos con pensamientos correctos y constructivos. Prueba estas estrategias:
También podrías intentar estas medidas en función de la terapia de aceptación y compromiso.
Repite tus pensamientos negativos muchas veces o anótalos de un modo poco habitual, como con la mano no dominante. Imagínate viendo tus pensamientos negativos escritos en distintos objetos. Estos ejercicios pueden ayudarte a tomar distancia de los pensamientos y las creencias que con frecuencia son automáticos, y así poder observarlos. En lugar de tratar de cambiar tus pensamientos, distánciate de ellos. Date cuenta de que no son ni más ni menos que palabras.
En lugar de luchar, resistirte o sentirte abrumado por los pensamientos o sentimientos negativos, acéptalos. No es necesario que te agraden, sólo date la oportunidad de sentirlos. Si tienes pensamientos negativos, no hace falta que los controles, que los cambies ni que tomes medidas al respecto. Ponte como objetivo disminuir el poder de tus pensamientos negativos y su influencia en tu comportamiento.
Es posible que estos pasos parezcan extraños al principio, pero se volverán más fáciles con la práctica. Conforme comienzas a reconocer los pensamientos y las creencias que contribuyen a que tengas baja autoestima, puedes cambiar el modo en el que piensas al respecto. A medida que tu autoestima aumenta, es probable que también lo hagan tu confianza y sentido de bienestar.
Además de estas sugerencias, intenta recordar todos los días que mereces un cuidado especial. Para ello, asegúrate de cumplir con lo siguiente: