A lo largo de la vida, hay diversos momentos y situaciones que provocan sentimientos como ira, tristeza y dolor. En el último año, ese tipo de experiencias se han multiplicado por doquier; para empezar, con el duelo por la normalidad perdida, sin mencionar el dolor que han dejado las muertes de tantas personas.

Llevar un proceso de duelo es importante para superar y liberar esos sentimientos, sin embargo, en circunstancias como las actuales, a veces las cosas pasan tan de prisa que ni siquiera da tiempo para procesar lo que se siente; así que el dolor, la tristeza y la ira se quedan atrapados en el cuerpo y la mente.

Por ello, si sientes que algo de lo que ha ocurrido en tu vida te ha hecho experimentar este tipo de emociones y sientes que necesitas de una etapa de duelo para poder liberarlas, es importante y necesario que hagas una pausa, que te permitas sentir esas emociones, reconocerlas, aceptarlas, vivirlas y desahogarte para dejarlas fluir. 

Muchas veces la gente dice cosas como “Tienes que ser fuerte, aguantar y seguir adelante”. Pero para poder seguir, primero necesitas tiempo para sanar, y para ello necesitas procesar tu duelo y las emociones que éste conlleva. 

Cuando sucede algo terrible, la tendencia es a congelarse, y cuando te congelas, o cuando decides “ser fuerte y seguir” sin hacer caso a lo que sientes, el dolor se queda atrapado en el cuerpo y puede crear varios problemas, desde una enfermedad hasta un cambio de comportamiento, como estar enojado todo el tiempo.

Para poder sanarlo, el dolor necesita ser presenciado y sentido, lo cual es más fácil decir que hacer, pero es posible lograrlo. Los siguientes tres pasos te pueden ayudar.  

Mueve tu cuerpo y respira

¿Te has fijado cuál es la reacción de un perro o gato ante algo que le asusta, que es desconocido o le incomoda? Sí, muchas veces tiemblan en situaciones que interpretan como peligrosas. Los animales en general suelen temblar como respuesta al estrés, para ayudar a sus cuerpos a procesar algo, como ser atacados o heridos.

Si bien los humanos tienen esa misma reacción ante situaciones de peligro, también es posible hacer una analogía de esa respuesta ante el estrés (en situaciones no peligrosas) al realizar actividades que impliquen el movimiento del cuerpo, como bailar, caminar o hacer ejercicio, lo cual ayuda a liberar el dolor, la tristeza y la ira.

Además de las actividades que implican movimiento, respirar de forma consciente es también una excelente práctica cuando se trata de liberar y equilibrar las emociones. Así que si quieres que tu proceso de duelo fluya mejor, acompáñalo con actividades en las que actives tu cuerpo, con ejercicios de respiración, o mejor aún, con algo que incluya ambas cosas, como la práctica de yoga. 

Crea una red de apoyo

Sentirse sostenido y apoyado en tiempos de duelo es esencial. Es fundamental tener personas de confianza en tu vida que no pretendan que ignores tu dolor, que no traten de decirte cómo sanar y que no digan las típicas frases de “no es para tanto”, “debes superarlo”, “no llores”, “tienes que seguir adelante”, etcétera, sino que simplemente estén ahí para darte apoyo, compañía y comprensión, mientras respetan tu proceso y el ritmo en el que lo llevas.  

Si bien la pandemia dificulta todavía las reuniones personales, puedes reunirte en línea con ese amigo especial o con tu círculo de confianza, ya sea para que todos compartan su sentir, para desahogarte o para tener un rato de paz, distracción y alegría, al hablar sobre las cosas que te gustan y te hacen sentir bien, o charlar de algo divertido.

Plasma tus emociones en palabras

Escribir (de preferencia a mano) sobre lo que sientes puede ser una herramienta útil para superar el dolor, ya que ver tus sentimientos y emociones plasmados en palabras puede hacerlos más fáciles de asimilar.

Una opción es llevar un diario, pero si escribir todos los días no es para ti, no lo veas como una tarea que se puede volver abrumadora, escribe sólo cuando sientas la necesidad de hacerlo. 

Puedes escribir en una libreta y conservar esos escritos sólo para ti, o echar mano de la tecnología y compartirlos con las personas de tu confianza, ya sea a través de algún grupo de chat o un espacio privado en redes sociales (como los grupos privados de Facebook).

Ahí la ventaja es que todos pueden compartir lo que escriben y, de la mano con el punto anterior, crear una red de apoyo en la que todos muestran su vulnerabilidad, son empáticos y compasivos unos con otros.  

Cuando no procesas tu dolor y no te tomas el tiempo para llorar, desahogarte y sanar, esas emociones contenidas pueden afectar a tu mente, cuerpo y espíritu. Así siempre tómate el tiempo para reconocer lo que has pasado y lo que ha pasado el mundo, y date el espacio para aceptar y comprender tus emociones, pues ese es el primer paso para sanar el dolor.

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