La inteligencia emocional es un término popular del cual se habla mucho actualmente. Uno de los primeros autores en tratar este tema fue el psicólogo Daniel Goleman, cuyo libro La inteligencia emocional. Por qué es más importante que el cociente intelectual está dedicado a explicar qué es y cómo mejorarla.
En pocas palabras, la inteligencia emocional es un constructo que te ayuda a reconocer y comprender mejor tus emociones, para manejarlas adecuadamente y evitar que te sobrepasen. Por otro lado, también te ayuda a comprender los estados emocionales de los demás para ser empático ante ellos y así poder tener relaciones interpersonales más sanas.
Cultivar la inteligencia emocional requiere de un trabajo constante. No es algo que nace un día y ya. Tienes que hacerlo de forma consciente y los siguientes puntos te pueden ayudar a lograrlo.
Es probable que cuando algo malo sucede, una ruptura amorosa, alguna situación difícil en tu trabajo o lo que sea, llegues a tu casa y busques distraerte con cualquier cosa. De acuerdo con la psicóloga clínica, la doctora Amber Groomes, adormecer las emociones es una manera segura de agotar tu inteligencia emocional.
Cuando tengas el impulso de recurrir a cualquiera de estos mecanismos de defensa, da un paso hacia atrás y pregúntate por qué quieres escapar de esta emoción. Una vez que averigües la excusa, reconócela y escoge un lugar en donde permanecer con tu emoción por unos minutos.
Tener un diario es algo que promueve la salud mental, funciona como una herramienta para reflexionar acerca del día. De esta forma podrás ser más consciente de tus emociones. De acuerdo con la psicóloga Melissa H. Smith puedes hacerte las siguientes preguntas para reflexionar aún más:
Revisa periódicamente tu experiencia emocional. "Pon una alarma durante todo el día y comprueba tus emociones", dice Smith. Pregúntate qué es lo que sientes y qué situaciones contribuyen a esto. Cultiva en todo momento la curiosidad acerca de tu experiencia emocional y comienza a establecer un vínculo de conexión entre tus pensamientos y emociones.
Aprender a validar las emociones de las otras personas quiere decir que eres capaz de identificar lo que una persona siente y el porqué es así. No quiere decir que tengas que estar de acuerdo con sus emociones, pero sí que las respetas.