La inteligencia emocional es un tema relevante en la actualidad. Se cree ampliamente, y con razón, que las personas con una inteligencia emocional alta tienden a manejar mejor los rigores y el estrés que se encuentran regularmente en la vida cotidiana, especialmente en los entornos laborales.
El ema es tan relevante que, incluso, algunos autores argumentan que tener un nivel de inteligencia emocional alto es más importante que tener un nivel de inteligencia intelectual alto.
Matt Valentine sugiere que hay siete rasgos comunes entre las personas emocionalmente inteligentes. Ser capaz de aprovechar estos rasgos y utilizarlos diariamente puede ayudarte a tener éxito donde otros se quedan cortos.
Antes de que alguien pueda ser efectivo en su interacción con otros, necesita tener un conocimiento consciente de su propio carácter, sentimientos, motivos y deseos. La parte de los "sentimientos" en esta ecuación es muy importante. Cuando esos sentimientos no son positivos, tener la habilidad de controlar las emociones es primordial para manejar las interacciones exitosamente.
Las personas con una inteligencia emocional superior parecen estar mucho más en sintonía con la mentalidad de quienes las rodean. Pueden sentir rápidamente si una persona está en un estado mental positivo o negativo, y tienen la inteligencia para actuar en consecuencia.
Si alguien parece estar en un estado emocional cargado negativamente, la persona altamente inteligente sabrá que no debe discutir un punto de vista o pedir un favor, por el contrario, sabrá esperar un mejor momento, con lo cual probablemente obtendrá un mejor resultado. Simplemente parecen entender el pulso de los que les rodean, específicamente cómo se sienten los demás.
Aquellos que tienen inteligencia emocional alta tienen gran capacidad para escuchar atentamente a los demás. Realmente se interesan por lo que dicen las personas. Es importante mencionar que absorben la información antes de emitir cualquier tipo de juicio.
De acuerdo con Valentine, esto se refiere a tener la habilidad de ver más allá de los sentimientos y realmente sentir la energía de todo un grupo, por ejemplo.
Aquellos con un alto nivel de inteligencia emocional piensan proactivamente y desarrollan un agudo sentido de anticipación. Ser capaz de anticiparse permite a una persona mantener el control de una situación, ya que ha tenido la oportunidad de prepararse mentalmente para ella. Cuanto más anticipación, menos reacción emocional.
Antes de querer entender lo que siente una persona, es necesario ser capaz de ponerte en sus zapatos. Es hasta ese momento en el que realmente se puede establecer una relación con las otras personas y es posible ofrecer ayuda si es necesario.
Nadie es inmune al estrés y todo el ajetreo diario, sin embargo, las personas con una inteligencia emocional alta pueden permanecer relajados en todo momento.