En los días invernales muchos pueden sentirse mal, desganados, sin energía y poco productivos. La causa podría ser parte de un proceso fisiológico relacionado con la luz natural.

Alonso Fernández Guastí y Rebeca Reyes Serrano, ambos investigadores del Departamento de Farmacobiología del Cinvestav, señalan que existe un tipo de depresión que se desencadena cíclicamente por las estaciones del año, llamada trastorno afectivo estacional (TAE), también conocido como SAD, siglas del inglés Seasonal Affective Disorder. La causa principal es la reducción estacional de luz solar.

El TAE puede aparecer cada vez que ocurre este fenómeno en esta época del año. Sin embargo, el criterio para decir que se padece TAE es que la depresión debe estar limitada a la estación invernal, el resto del año no debe existir (principalmente, en primavera y verano), y se debe dar seguimiento a esto durante al menos dos años. Para ello, la ubicación geográfica también es muy importante como un factor a considerar.

Por supuesto, no todos los casos son iguales. Se sabe que las mujeres se ven más afectadas que los hombres por este trastorno, en una relación de cuatro a uno, y es más común en adultos jóvenes. Puede ocurrirle a cualquier persona, pero los pacientes con antecedentes de depresión y sobre todo con trastorno bipolar, son más propensos a desarrollarlo.

Algunos individuos pueden experimentar el trastorno de manera moderada, lo cual se conoce en inglés como winter blues; no obstante, en otros los síntomas del TAE pueden ser tan graves que requieren hospitalización. Como en todos los trastornos depresivos, los pensamientos suicidas pueden estar presentes.

Los síntomas clásicos de la depresión invernal son: tristeza, irritabilidad, letargo, cansancio, ansia de comer carbohidratos y azúcares (lo cual provoca una tendencia a aumentar de peso), dificultad para concentrarse, dormir más de lo normal, falta de energía, disminución de actividad, alejamiento de la vida social y llorar con frecuencia.

¿Por qué ocurre este trastorno?

Fernández Guastí y Reyes Serrano explican que son muchas las causas que pueden provocarlo:

"Se sabe que la patología se debe a desajustes en el equilibrio del neurotransmisor serotonina (5-HT), la hormona melatonina y/o a la disminución de la vitamina D. La serotonina participa de manera importante en la sensación de bienestar y en la regulación del estado de ánimo, emociones, sueño, apetito y conducta sexual".

Se cree que en el TAE existe una disminución de la neurotransmisión serotoninérgica del cerebro; por su parte, la melatonina es una hormona producida por una glándula y se secreta por la oscuridad, que causa somnolencia.

Si los pacientes sobreproducen melatonina cuando los días se vuelven más cortos y oscuros, esto hará que se sientan somnolientos y letárgicos. Finalmente, el cuerpo produce la vitamina D cuando la piel se expone directamente al Sol, y si las personas con la patología presentan niveles sanguíneos bajos de vitamina D, esto se asociaría con síntomas depresivos.

Qué hacer para combatir la depresión invernal

Debes saber que el mejor tratamiento para el TAE incluye la combinación de varias terapias que se establecen de acuerdo con las características del paciente y del padecimiento. No es algo ajeno, así que puedes acudir con un especialista para que pueda ayudarte, ¡no tienes que sentir tristeza! 

Algunas estrategias para evitar caer en un ánimo depresivo o en una disminución de productividad:

• Exponerse a la luz del Sol siempre que sea posible
• Hacer ejercicio o actividades al aire libre
• Propiciar la vida social y realizar actividades que sean satisfactorias
• Llevar una alimentación sana y variada
• Dormir lo suficiente
• Evitar el alcohol, ya que puede empeorar el estado de ánimo
• Si fuera necesario, buscar ayuda psicológica o psiquiátrica