Fue un día casual que salí a comer sola. Tenía la intención de pasar tiempo conmigo misma, así que me puse en marcha; llegué a un lugarcito, me senté, pedí la comida y, mientras ésta llegaba, comencé a observar a mí alrededor.
Como buena psicóloga, comencé a percatarme de lo que estaba cerca de mí. Fue en ese momento cuando empecé a notar algunas acciones que los humanos realizamos u omitimos.
Me impresionó, por ejemplo, ver lo poco que nos miramos a los ojos; pareciera que hay una cierta incomodidad al hacerlo. Evitar las miradas de los otros es algo que se hace muy en automático, es como: te veo y no te veo al mismo tiempo.
Pude constatar esto con un chico de la mesa de al lado, cuando, por un momento, nuestras miradas se cruzaron y fue tanta la incomodidad, que en segundos ya estábamos mirando hacia otro lado. Fue ahí donde me pregunté ¿por qué no nos miramos a los ojos? ¿Creemos que hay algo malo en hacerlo, o por qué no lo hacemos con frecuencia?
Entonces recordé esta frase muy conocida: “Los ojos son la ventana del alma”; y entonces pensé: si es así, ¿por qué será que no nos vemos con frecuencia? No sé si habías escuchado esta frase antes, pero creo que es un buen momento para reflexionar sobre ella, ya que he notado que es de suma importancia vernos los unos a los otros.
Es más, resulta necesario para el mundo en el que ahora vivimos. Imagínate por un instante que todos tuviéramos la apertura de vernos tal y como somos; seguramente otra cosa sería, y no me refiero a lo físico, sino a todas aquellas cosas que nos lastiman, duelen o no nos gustan.
Con esto recordé que Brene Brown, una investigadora que ha analizado a profundidad el tema, nos dice que esto que nos pasa tiene que ver con la vergüenza; y la vergüenza no es otra cosa que miedo a la desconexión. Es decir, hay algo en mí, que si dejara que vieras, siento que te alejarías o me dejarías de querer. Y es que es común que dé miedo ser vistos como realmente somos.
Por eso, si a ti te da miedo conectar con los demás o le temes a mostrarte tal cual eres, aquí te dejo estos tips que podrían ayudarte a conectar a través de la mirada de manera diferente y en todos los aspectos, ya sea con tu pareja, con tu familia, con tus amigos y hasta contigo mismo.
Ahora ya sabes que ver a los ojos es ver el alma, así que atrévete a hacerlo más seguido para conectar mjor con los demás.
Nos leemos la próxima.
Gabriela Avila Mejia de Evolución Terapéutica.
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