En esta época en la que mantenerse conectado parece una ley, hay algo que las personas toman como un deber: responder cada mensaje, correo electrónico, chat, comentario, like, tuit, tag y los cientos de notificaciones que llegan durante el día. 

Es probable que alguna vez te haya pasado. Te sientes culpable cuando las personas crean una conexión contigo, a través de las muchas vías de comunicación digitales que hay ahora, y no atiendes su llamado. La hiperaccesibilidad te roba la vida, no sólo la agota. Susie Moore, una coach de vida de Nueva York, señala algunas de las razones por las que esto pasa y cómo ponerle límites.

Te hace enfocarte en los demás

Los dispositivos están para hacerte la vida más fácil (para consultar mapas, hacer llamadas, pedir un servicio de transporte, ordenar comida, pagar facturas, etcétera) pero, ¿los usas para atender también las necesidades de los demás? Que otros tengan tu número telefónico no implica que tienen completo acceso a ti. Recuerda eso: tu teléfono es para facilitar tu vida, no para ser un oído siempre atento a las necesidades de algún amigo o la salvación de esa persona que siempre necesita ayuda. 

¿Puedes poner tu teléfono en otra habitación mientras trabajas? ¿Puedes dedicar 15 minutos de cada mañana para meditar, estirarte, respirar, hacer ejercicio, antes de ponerte al tanto de lo que pasó mientras dormías? Alejarte de las notificaciones también es un salvavidas. Elige recibir notificaciones sólo de los mensajes de texto, no de todas las actualizaciones de las redes sociales. 

Es recomendable implementar una regla en tu vida: a menos de que algo sea superurgente, casi cualquiera puede esperar tu respuesta 1 día. El bonus: tomarás mejores deciciones con un poco de tiempo extra. 

Reduce el tiempo que pasas con tus seres queridos

Cuando lo analizas, esto es terrible. No puede pasar media hora sin que revises si hay alguna novedad en la pantalla de tu teléfono y al final del día las horas que inviertes en esto seguramente te asustarán. Tienes una vida plena, te rodea gente que amas y te aman, así que deberías empezar a modificar tus hábitos respecto de la tecnología.

Para empezar, puedes prohibir los teléfonos en la mesa, así sea para un café o en una reunión de trabajo. Recuerda que la probabilidad de que sea un mensaje urgente es de 1 en 10 mil (y mucha gente ni siquiera espera una respuesta). Así que no eres una mala persona si decides no contestar. A menos de que sea una pregunta o un RSVP, simplemente puedes verlo e ignorarlo.  

Termina con tu paz

Nunca podrás relajarte si sientes que debes responderle a todos, todo el tiempo. Manejar distintos buzones de mensajes es estresante, pues siempre habrá algo que revisar. Las aplicaciones que tengan autorrespuesta te ayudarán mucho, ¡y está bien que las uses! No todo el mundo te responde a ti tampoco, y no lo tomas como algo personal. 

No eres un compendio humano de respuestas y soluciones para otras personas. Habrá gente a la que eso le moleste, pero no puedes darle importancia. Si hay algo que no debes sacrificar, es tu enfoque, tu tiempo y tu paz.

Con información de Greatist