El lenguaje tiene más de una forma. Por un lado está la comunicación verbal, donde los mensajes que transmites son, por lo general, voluntarios y controlados de forma consciente. Pero también existe la forma de comunicación no verbal, que va desde la postura y la distancia que guardas, hasta los gestos que haces. Este tipo de expresiones pueden ser conscientes o inconscientes. Cuando se trata del segundo caso, es posible que des más información de la que quisieras. Algunos gestos que te delatan son:
Cuando lo haces sin fuerza, puede dar el mensaje de poca seguridad en ti mismo. Por el contrario, hacerlo demasiado fuerte suele denotar que quieres asumir una postura dominante. Lo ideal es intentar dominar los nervios antes de saludar; el objetivo es que sea un apretón que indique seguridad, sin ser demasiado agresivo.
Lo típico es que utilices este gesto cuando estás enojado o impaciente. Sin embargo, también suele manifestarse de manera inconsciente cuando sientes la necesidad de establecer una barrera con la otra persona o personas. Lo recomendable es trabajar tu tolerancia a la frustración, o bien afianzar la seguridad en ti mismo.
Es un claro síntoma de nerviosismo, ya sea por timidez o porque mientes. Otras razones incluyen sentirte abrumado, incómodo o atraído por tu interlocutor. No es un gesto sencillo de controlar, pero intenta mantener la mirada y parpadear regularmente.
Puede tratarse de una señal de vergüenza, timidez extrema o vulnerabilidad. También suele ser un intento de disimular una reacción para que la otra persona no la perciba. En este caso, lo mejor es mostrar tu sonrisa tal y como es.
Cuando lo haces, o tienes picor real o los demás se dan cuenta de que estás cansado o aburrido. Lo ideal es controlar tus manos para no acercarlas a la cara.
Si la ofreces hacia arriba, puede indicar aceptación hacia el otro. En cambio, si lo haces hacia abajo, transmites inseguridad, deseo de separación u ocultación de sentimientos. El hacer consciente esta información te puede ayudar a evitar llevar a cabo este gesto tan revelador.
Refleja un intento de parecer superior o seguro de ti mismo, aunque también suele denotar una actitud defensiva. En otro contexto, este tipo de lenguaje corporal surge cuando la persona que tienes enfrente te resulta atractiva. Los hombres pretenden mostrar poder, mientras las mujeres buscan resaltar sus senos. La solución es realizar entrenamientos de respiración y tensión muscular para lograr controlarlo.
Con información de Psicología y Mente