Empíricamente sabemos que las respiraciones lentas y profundas nos ayudan a calmarnos, pues nos aclaran la mente. Lo hemos sabidos desde hace cientos de años. El pranayama o respiración de yoga, es una práctica que ha existido desde al menos los siglos V o VI e. c. El pranayama consiste en el uso de técnicas de respiración para calmar y centrar la mente. La palabra sánscrita pranayama se traduce en prana, "fuerza vital" y ayama, "extender o extraer". La respiración profunda es un conocimiento antiquísimo que hemos usado para controlar los estados de ánimo. Nuevos hallazgos de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford pueden arrojar luz sobre por qué funciona esta técnica. El equipo de investigación, dirigido por Mark Krasnow, profesor de bioquímica, examinó las neuronas en el cerebro de un grupo de ratones. El estudio encontró que entre las 3 mil neuronas que controlan la respiración, aproximadamente 175 también parecen controlar la parte del cerebro que regula la atención, la excitación y el pánico. Esto explicaría por qué nos hiperventilamos cuando estamos ansiosos y por qué la respiración profunda y controlada nos ayuda a calmarnos.
Para el estudio, que fue publicado en la revista Science, los investigadores aislaron las 175 neuronas que sospechaban que actúan como carreteras de comunicación entre la respiración y la excitación y luego las "apagaron" para tener una mejor idea de su función precisa. Los científicos teorizaron que sin estas neuronas la respiración de los ratones podría verse afectada de tal manera que tosieran, pero eso no fue lo que pasó. De hecho, los patrones de respiración de los ratones inicialmente parecían inalterados. Originalmente el equipo pensó que su hipótesis estaba equivocada, pero después de algunas pruebas más notaron algo extraño en los roedores: a diferencia de los ratones de control, que pasaron la mayor parte de su tiempo en la cámara de pruebas explorando y olfateando, los de este experimento parecían más tranquilos y pasaban la mayor parte de su tiempo relajándose, y también respiraron más lentamente de lo que lo hicieron antes de la prueba.
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Como esto sucedió con los roedores, aún no está claro si existen autopistas de comunicación similares en las neuronas del cerebro humano, pero esto no deja de ser factible. Igualmente queda el debate sobre si los ratones estaban realmente más relajados después de que las neuronas fueron apagadas o si esto era sólo una suposición subjetiva por parte del equipo de investigación. No es sencillo saberlo con seguridad, pues los animales no pueden contarnos su experiencia durante el experimento. No obstante, este experimento resulta un buen comienzo para los investigadores, que tienen la esperanza de comprender mejor la conexión entre la respiración y la excitación. Con esto se puede saber si existe un fenómeno similar en los seres humanos y la medicación que ataca a estas neuronas podría ayudar a controlar la ansiedad cuando el sistema entra en el excitación. Por ahora, la investigación confirma lo que la cultura humana ha sabido durante miles de años: si estás estresado, respira profundamente y deja que las neuronas de tu cerebro hagan la magia.
Con información de Mother Natura Network