Al pensar en depresión, lo más probable es que llegue a tu mente la imagen de una persona triste, decaída, sin energía, que pierde el interés en las actividades que antes solía realizar y que prácticamente no quiere ni salir de su recámara. Sin embargo, la depresión no siempre se manifiesta de esta manera.
Existen personas que, aunque lidien con una depresión, se muestran lo más normal posible y si sus seres queridos no son lo suficientemente observadores como para notar los cambios en su comportamiento, lograrán convencerlos de que todo está bien.
Además de la depresión conocida como mayor, que es en la que suele haber un mayor cúmulo de tristeza, soledad y apatía, existen otras variantes entre las que se encuentra la llamada depresión sonriente o, de forma más correcta, depresión atípica.
La depresión atípica es un trastorno depresivo que, pese a presentar muchas de las características de la depresión mayor, también expresa otros síntomas poco frecuentes en esta clase de alteración psicopatológica.
Aunque no es raro que la depresión atípica se presente, se le considera poco prevalente debido a que pocas veces es diagnosticada, pues quienes la padecen no presentan los síntomas convencionales.
Quienes tienen depresión atípica suelen enmascarar sus emociones, quizás por la tendencia actual que ha hecho de la felicidad una obligación. Además, no quieren preocupar a sus seres queridos ni defraudar su imagen ante los demás. Este tipo de depresión afecta más a personas que tienen altas expectativas respecto a su imagen ante la familia y la sociedad.
Sin embargo, aunque actúen como si todo estuviera bien e incluso hasta parezcan felices, en realidad muestran dependencia emocional hacia algunas personas y una necesidad muy grande de aceptación. Además, ponen excusas para no asistir a eventos sociales.
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Los síntomas de la depresión atípica pueden llegar a ser muy variados, pero los siguientes suelen ser los más frecuentes.
1. Hipersensibilidad
Muchas personas que presentan depresión atípica tienden a exagerar las situaciones, de modo que cualquier detalle sin importancia real termina por amargarles el resto del día o incluso varios días. Esto se debe a la falta de seguridad en sí mismos, lo que ocasiona que tomen actos, actitudes y palabras como ataques directos, aunque en el fondo no lleven esa intención.
2. Hipersomnia
Suelen sentir una gran necesidad de dormir, no sólo por la noche sino a veces también durante el día. Esto ocasiona problemas psicosociales y laborales, ya que el exceso de sueño puede afectar su rendimiento en el trabajo y puede hacer que cancelen compromisos personales, lo cual los conduce al aislamiento.
Todo esto hace que el día a día de la persona con depresión atípica se vuelva cada vez más monótono y carente de estímulos novedosos.
3. Notorio aumento del apetito
En la depresión mayor lo más común es que los pacientes experimenten una disminución significativa del apetito. En cambio, en la depresión atípica ocurre lo contrario y la sensación de hambre y falta de saciedad aumenta, por lo que pueden llegar a darse atracones de comida, así como ingesta de alimentos aunque no se tenga hambre.
Esta necesidad de comer aparece como una conducta de compensación, para distraerse de aquellos pensamientos que generan ansiedad.
4. Cansancio extremo
A pesar de que duerman mucho, quienes padecen depresión atípica suelen sentir mucho cansancio. Esto se da sobre todo cuando la depresión avanza y se vuelve más profunda.
Así, en lugar de salir prefieren quedarse en casa, tumbados en el sillón o la cama, lo cual también contribuye a que eviten participar en actividades sociales más allá de sus obligaciones diarias. Esto ocasiona que se sientan aislados y solos, lo cual alimenta el círculo vicioso de la depresión.
5. Resentimiento
La hipersensibilidad y la baja autoestima que presentan las personas con depresión atípica les ocasionan un gran resentimiento hacia los demás o hacia el mundo.
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Si bien no hay un método infalible para prevenir la depresión atípica, que puede darse por múltiples factores, estas estrategias pueden ayudar a reducir el riesgo de que tú o alguno de tus seres queridos la padezcan:
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