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Diferentes maneras en las que puedes estimular tu nervio vago

Julio 17, 2019

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¿Qué vas a aprender con esta nota?

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  • Cómo estimular tu nervio vago

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  • Qué es el nervio vago

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En años recientes se le ha dado mucho peso a las investigaciones acerca de la conexión que tiene el intestino con el cerebro. Parece algo increíble, pero la realidad es que muchos desórdenes neurológicos tienen una raíz en el tracto intestinal, como la epilepsia, la esclerosis múltiple, las migrañas o la enfermedad de Parkinson, por mencionar algunos. Por ello, cuidar de tu alimentación es básico para que tu mente también funcione de la mejor manera. 

 

Esta conexión se hace por medio del nervio vago, ya que se le considera como en canal principal de comunicación entre el tracto digestivo y el cerebro. Ambos se mandan señales. El nervio vago es el nervio más largo de tu cuerpo, es como un árbol que sale desde el cuello y sus ramas van hasta el abdomen. 

 

El nervio vago es el encargado de activar tu sistema nervioso parasimpático, el que está relacionado con todo lo relativo a la relajación en tu cuerpo. Es esencial que trabajes con tu sistema nervioso siempre que quieras relajarte, reducir el estrés o liberar un poco de ansiedad de tu cuerpo. 

 

Un tono vagal bajo podría causarte: 

•    Diarrea.
•    Náuseas.
•    Estreñimiento.
•    Ansiedad.
•    Depresión.
•    Dolor abdominal.
•    Dolores de cabeza.
•    Insomnio.
•    Psicosis. 
•    Mareos. 
•    Fatiga. 

 

Cómo mejorar tu funcionamiento del nervio vago 

Respiraciones profundas 

A pesar de que la respiración es algo sin lo que básicamente no podrías sobrevivir, ponte a pensar cuánto tiempo del día realmente le prestas atención a la forma en que respiras. 

 

Al tomar respiraciones profundas y conscientes podrás estimular tu nervio vago de forma casi inmediata. Haz la prueba, la próxima vez que te sientas agitado, estresado o ansioso por algo, pausa por un momento y toma la respiración más profunda que hayas tomado en todo el día, también es importante que tu exhalación sea prolongada. 

 

Toma una clase de yoga 

Se ha comprobado que cuando llevas a cabo algún tipo de actividad física, activas tu motricidad gástrica, la cual a su vez también activa al nervio vago. Además de ser una actividad que te ayudará con tu flexibilidad, la combinación de posturas y respiración consciente durante una clase de yoga hará que te relajes mucho más y que se active tu nervio vago. 

Dúchate con agua helada

No le temas a los climas fríos, pues diversos estudios han demostrado que cuando te expones a este tipo de temperaturas, tu nervio vago se estimula, así como diferentes neuronas que recorren la ruta de dicho nervio. Esto tiene como consecuencia que se produzca un cambio en la actividad de tu sistema nervioso parasimpático. 

 

Consume alimentos ricos en triptófano

El triptófano es un aminoácido precursor de la serotonina, el neurotransmisor relacionado con la felicidad, el apetito, el sueño, el estado de ánimo, el dolor, y también tiene efectos sedantes. Debido a que se metaboliza en el intestino, puede ayudar a que los astrocitos (células presentes en el cerebro y la médula espinal) controlen la inflamación. 

 

Los alimentos que puedes consumir para obtener triptófano son: 

  • Espinacas
  • Semillas
  • Nueces
  • Plátano
  • Pollo

 

Mantén un peso saludable 

La inflamación de tu intestino o la obesidad pueden ser irruptores que impidan que tu nervio vago funcione correctamente, lo cual impacta de forma negativa en la comunicación del intestino con el cerebro. Lo mejor que puedes hacer al respecto es tratar de mantenerte en movimiento constante y dejar la comida procesada. Optar, en cambio, por una alimentación más balanceada y rica en nutrientes. 

 

Asegúrate de que tu dieta sea alta en: 

  • Frutas y verduras de diferentes tipos
  • Semillas
  • Nueces
  • Legumbres
  • Proteína
  • Grasas saludables (aceite de coco, aguacate, salmón y sardinas, por mencionar algunos)

 

Elimina al azúcar de tu dieta 

El exceso de azúcar no sólo causa inflamación crónica, sino que también daña los lazos de retroalimentación celular y otras vías de señalización, y la inflamación del revestimiento de la mucosa del tracto gastrointestinal permite que los patógenos perpetúen aún más las señales inflamatorias hacia el cerebro.

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