¿Recuerdas algún momento en el que te hayan dicho algo así como “yo nunca dije eso” o “nunca me dijiste”? Estos son sólo un par de ejemplos de lo que muchas personas hacen como manipulación. Tal vez lo hayas vivido y no creas que es algo que se deba tomar en serio. Pero la realidad es que son formas muy sutiles de crear una bola de nieve que poco a poco se hace más grande. Y al final puede que te llenes de culpas que ni siquiera tienen una base sólida y termines en una relación tóxica donde siempre dudas de ti.

El término lo acuñaron los psicólogos gracias a la película Gaslight, no tiene traducción literal al español y simplemente se le conoce así en este idioma. La película data de los años 40 del siglo XX y gira en torno a una relación donde el hombre manipula a su mujer, con el objetivo de hacerla sentir como si estuviera loca para robarle su fortuna.

¿Cuáles son las características?

Este tipo de manipulación puede ser consciente e inconsciente. Uno de los ejemplos más claros es cuando alguien te dice que nunca dijo eso que te hizo sentir tan mal o que te hizo enojar, pero tú sabes que realmente sí lo dijo.

Otro ejemplo claro es cuando la persona te hace sentir como si fueras demasiado sensible o dramatizaras de más las cosas. La persona que te manipula hará de todo para que creas que fue un chiste o simplemente una broma pesada.

El punto de todo este abuso psicológico es que siempre te querrán hacer sentir como si tú fueras una persona dramática, sensible, y básicamente te harán dudar de ti mismo. Sin duda esta es una forma de manipulación sumamente sutil y, como muy pocas veces te das cuenta, puede que la normalices y añadas más toxicidad a una relación ya sea de pareja, amigos o con tu familia.

En el libro The gaslighting effect, la psicóloga Robin Stern detalla los siguientes 10 puntos para darte cuenta de que estás sometido a este tipo de manipulación:

1. Cuestionas tus ideas o acciones de forma constante.

2. Te cuestionas si eres demasiado sensible.

3. Siempre pides disculpas por todo.

4. Pones en duda tu felicidad.

5. Constantemente te excusas con tus amigos o familia por el comportamiento de tu pareja.

6. Mantienes información en secreto sólo para ti, para así no tener que dar excusas.

7. Comienzas a mentir para evitar que te cambien la realidad.

8. Tomar decisiones puede ser difícil.

9. Te sientes como que no puedes hacer nada bien.

10. Constantemente te preguntas si eres lo suficientemente buena pareja, hijo, novio, etcétera.

Cuando eres consciente de que podrías ser víctima de este tipo de manipulación lo siguiente es reflexionar acerca de esto, confiar en ti y no poner en duda lo que dices o haces en tu relación.

De igual manera, si te has dado cuenta de que tú eres el manipulador, entonces puede que necesites cuestionarte por qué lo haces y tratar de no hacerlo más, para que no lastimes a las personas cercanas a ti.