Sí, la fuerza física es algo a lo que se le da mucha importancia hoy en día. Y claro que eso está bien, tener un cuerpo sano y fuerte es esencial para una vida plena. Sin embargo, a veces se deja de lado lo relacionado con las emociones o con todo aquello que te hace fuerte mentalmente.
Tener fuerza mental quiere decir que puedes gestionar mejor tus emociones, que lo que los demás hagan o no, no te afecta, que te conoces muy bien y sabes cuáles son tus límites. Una persona que es fuerte mentalmente tiene todo lo necesario para ser feliz y, sobre todo, vivir en el aquí y el ahora.
Puedes proponerte realizar cada uno de estos puntos expuestos por la psicóloga Amy Morin por semana o diario, hasta que sientas que puedes manejar mejor tus emociones y dejar de vivir en automático.
Las personas mentalmente fuertes no se quedan sentadas y sienten lástima por sus circunstancias o cómo las han tratado otros. En cambio, asumen la responsabilidad de su papel en la vida y entienden que ésta no siempre es fácil o justa.
No permiten que otros los controlen, y no le dan a alguien más poder sobre ellos. No dicen cosas como "Mi jefe me hace sentir mal", porque entienden que están en control de sus propias emociones y tienen una opción en la forma en que responden.
Las personas mentalmente fuertes no intentan evitar el cambio. En contraste, aceptan el cambio positivo y están dispuestas a ser flexibles. Entienden que el cambio es inevitable y creen en sus habilidades para adaptarse.
Nunca vas a escuchar a alguien fuerte mentalmente quejarse de su equipaje perdido o el tráfico. Se centran en lo que pueden controlar en sus vidas. Reconocen que a veces, lo único que pueden controlar es su actitud.
Reconocen que no necesitan complacer a todo el mundo todo el tiempo. No tienen miedo de decir "no" o hablar cuando es necesario. Se esfuerzan por ser amables y justos, pero pueden lidiar con que otras personas estén molestas si no las hacen felices.
No toman riesgos imprudentes o absurdos, pero no les importa tomar riesgos calculados. Las personas mentalmente fuertes dedican tiempo y piensan los riesgos y beneficios antes de tomar una gran decisión, y están plenamente informados de las potenciales desventajas antes de tomar medidas.
Las personas mentalmente fuertes no piensan en el pasado y tampoco se arrepienten de lo que fue y lo que no. Reconocen lo que vivieron y pueden decir que algo aprendieron de eso. No viven constantemente malas experiencias ni fantasean con días de gloria.
Aceptan la responsabilidad por su comportamiento y aprenden de sus errores pasados. Como resultado, no repiten esos errores y toman mejores decisiones en el futuro.
Pueden apreciar y celebrar el éxito de otras personas. No se ponen celosos ni se sienten engañados cuando otros los superan. En cambio, reconocen que el éxito viene con trabajo duro, y están dispuestos a trabajar arduamente para tener su propia oportunidad de éxito.
No ven el fracaso como una razón para renunciar. En cambio, usan el fracaso como una oportunidad para crecer y mejorar. Están dispuestos a seguir intentando hasta que lo hagan bien.
Pueden tolerar estar solos y no temen el silencio. No tienen miedo de estar a solas con sus pensamientos y pueden usar el tiempo de inactividad para ser productivos. Gozan de su propia compañía y no dependen de otros para sentirse bien todo el tiempo, sino que pueden ser felices por sí mismos.
No se sienten con derecho a cosas en la vida. No nacieron con una mentalidad de que los demás se ocuparan de ellos ni de que el mundo les debiera dar algo. En cambio, buscan oportunidades basadas en sus propios méritos.
Cuando una persona fuerte trabaja en mejorar su salud o conseguir echar a andar un nuevo negocio, no espera resultados inmediatos. En cambio, aplica sus habilidades y tiempo como mejor es capaz y entiende que el cambio real toma tiempo.