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Pensar en positivo es una práctica consciente

Abril 18, 2018

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A pesar de que algunas veces no es ventajoso ni necesario pensar racionalmente, en la mayoría de los casos el pensamiento va a diferenciar entre conseguir o no lo que quieres o necesitas.

 

El hombre está diseñado para tener pensamientos racionales y lógicos para evolucionar y trascender. Pero también se caracteriza por tener creencias irracionales que forman parte de sus valores fundamentales y de su identidad. Se encuentran en lo más profundo de la conciencia y son ideas muy rígidas, poco realistas y suelen incluir contenidos que no siempre ayudan. 

 

Estos pensamientos irracionales pueden ser de diferentes tipos: 

 

  • Acerca de ti mismo (“soy incompetente, soy débil, no valgo nada, los demás no me respetan…”).
  • Acerca de los demás (“la gente sólo quiere hacerme daño, la gente no es de fiar…”).
  • Acerca de la vida y del mundo (“la vida es absurda, la vida es muy dura, este mundo es una basura, nada en este mundo tiene sentido…”).

Estas ideas se instalan en la mente y generan pensamientos negativos de forma automática, los cuales disparan emociones negativas y provocan una enorme frustración ante las expectativas de diferentes situaciones o eventos que tienes en la vida. Y generalmente, respondes ante ellas de manera desadaptativa o de forma ansiosa.

 

​Aprende la diferencia entre creencias y pensamientos racionales e irracionales


Son irracionales cuando:

 

  • Son ilógicos y no consistentes con la realidad. No se basan en la experiencia, distorsionan y exageran.
  • Son inflexibles.
  • Se expresan por medio de exigencias y demandas.
  • Provocan emociones intensas.
  • Provocan emociones negativas, de las que se suele intentar escapar impulsivamente.
  • No sirven para conseguir metas y objetivos.

Son racionales cuando:

 

  • Son lógicos y consistentes con la realidad. Se basan  en las experiencias, sin distorsionar ni exagerar.
  • Son relativos y se expresan con deseos y preferencias.
  • Provocan emociones moderadas.
  • Son flexibles ante los cambios.
  • No juzgan.
  • Suelen ayudar.
  • Motivan a conseguir metas y objetivos.

 

Numerosos estudios demuestran que la mente no siempre funciona de forma lógica y correcta. Es normal que se cometan errores y que haya distorsiones. Y esto le sucede a todas las personas, a algunos con mayor o menor intensidad.

 

Los pensamientos que tienes de ti mismo, junto con las creencias irracionales que tienes sobre el mundo y las personas que te rodean, son los factores que te provocan ansiedad, miedos y frustraciones.

 

Si no eres tolerante y no controlas tus niveles de frustración porque las cosas no salen como esperas y las personas no actúan como “deberían”, las probabilidades de sentir decepción y de ser infeliz son muy altas.

 

Pensamiento = Emoción 

 

Tus pensamientos provocan tus sentimientos y tus sentimientos provocan tus conductas. No es lo que sucede, sino cómo vives lo que sucede. No son los hechos en sí, sino cómo vives los hechos.

 

Si entrenas y practicas pensar positivamente acerca de ti y te dejas de juzgar, eres capaz de disminuir la ansiedad provocada y te vuelves más empático y comprensivo contigo y con las demás personas.

 

Si aprendes a debatir con las creencias irracionales que tanto te han hecho sufrir y las cambias por creencias racionales, positivas y sanas, tu estilo de vida va a cambiar en automático. Vivirás con niveles de estrés más bajos, serás más feliz y aceptarás tu realidad y las conductas de otras personas con más facilidad. 

 

Vive en amor y agradecido con la vida.

 

Si qiueres saber más sobre este tema, puedes asistir a este curso, en el que Mónica Schekaibán te enseñará a transformar los pensamientos negativos en positivos.

* Gabinete de Psicología MyM

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