Los trastornos mentales son un problema de salud pública global. De acuerdo con Statista, más del 25% de la población mundial experimenta sentimientos de soledad y aislamiento, y una de cada ocho personas vive con algún tipo de trastorno mental, informa la Organización Mundial de la Salud. Si bien los trastornos de ansiedad y depresión son los más prevalentes, se estima que en México, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) tiene un impacto devastador, que afecta hasta el 5% a nivel nacional y de acuerdo con estudios publicados, esta cifra alcanza al 49% en la región fronteriza del país.
"Los médicos que dedicamos nuestra vida profesional a la atención de la salud mental, somos testigos de la complejidad que tiene la atención de los pacientes que viven con algún trastorno", señala la doctora Carmen Amezcua, médico con especialidad en Psiquiatría Integrativa, "ya que no se trata solamente de llegar a un diagnóstico a través de pruebas clínicas, es necesario reconocer al paciente como un ser integral, con un contexto determinado".
Frente a esta realidad, resulta importante reconocer que existe una mayor prevalencia en problemas mentales en toda la región y con ello, la necesidad de contar con servicios de salud o mecanismos de atención diferentes que puedan tratar los problemas de salud mental de forma eficiente.
Recientemente, organizaciones a nivel mundial han sometido estudios y pruebas para contar con nuevas opciones terapéuticas para la atención de algunos de los padecimientos de salud mental más relevantes, como es el caso de la evaluación, estudio y análisis de la terapia para el tratamiento del TEPT asistida por midomafetamina. La Administración de Alimentos y Medicamentos en Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), rechazó su aprobación como tratamiento, el cual hubiera sido pionero en su tipo. La recomendación de la FDA fue que se requerían ensayos adicionales Fase 3 para estudiar más a fondo la efectividad de esta alternativa terapéutica.
"La autoridad regulatoria en Estados Unidos responde a la comunidad médica y científica acerca de la necesidad de contar con evidencia adicional", señala la doctora Amezcua. "En mi caso, como médico especialista comparto la importancia de contar con toda la información suficiente y necesaria para asegurar la efectividad y seguridad de los tratamientos", aseguró la especialista. Sin embargo, en el campo clínico, "somos testigos de la gran necesidad que tienen los pacientes con Trastorno por Estrés Postraumático, entre otros padecimientos, de contar con opciones que les permita mejorar su calidad y expectativa de vida, y junto con ellos, la de su familia y su comunidad, ya que los trastornos mentales no solamente afectan a las personas que los padecen", aseguró.
A lo largo del país, el 68% de la población ha estado exkpuesta al menos a un suceso estresante en su vida, lo que puede desencadenar problemáticas más graves, por ello, el compromiso de la comunidad médica y científica es el avance constante en los protocolos de investigación, así como atender las necesidades de información y estudio, pero también que es necesario atender la grave crisis de los trastornos mentales en México y el mundo.
"La decisión de la FDA tiene un impacto más allá del proceso regulatorio, ya que el retraso en el acceso a terapias, bajo supervisión médica, como es el caso de las midomafetaminas, propicia que prevalezca la estigmatización de los pacientes que ya utilizan estas sustancias, a través de su uso no aprobado, y con limitado control médico y científico", señaló la doctora Amezcua. "Además, para nosotros en México, retrasa el proceso para que podamos contar con opciones terapéuticas que podrían beneficiar a nuestros pacientes", finalizó.
Hoy más que nunca, para la atención de la salud mental en la población, es necesario contar con los elementos y las estrategias que ayuden a la atención efectiva de este tipo de trastornos, con el objetivo de incrementar la calidad de vida de las personas.