Puede ser que conozcas a alguien desde hace mucho tiempo. Crees saber todo acerca de esa persona, pero cuando estás con él/ella te sientes cansado y drenado. Puede ser que hayas normalizado su comportamiento, pero eso no quiere decir que tengas que seguir ahí.
Reconoce que no todas las personas están ahí para quedarse a tu lado toda la vida y si se trata de alguien tóxico, es mucho mejor que decidas tomar tu propio camino.
Algunos psicólogos comparan a las personas tóxicas con los narcisistas malignos, un término para las personas que tienen un trastorno de personalidad narcisista con una mezcla de agresión y comportamiento antisocial.
Pero estos rasgos no describen necesariamente a todas las personas tóxicas. No se puede decir que todos los tóxicos sean agresivos, y no todos los tóxicos son antisociales. A veces son muy tranquilos y amigables, y aún así, cuando estás en una relación con ellos, te sientes usado.
Los siguientes son cinco de los tipos de personas tóxicas con los que puedes encontrarte en tu día a día.
Necesitas poner límites. Este es un punto clave para no caer en su trampa. Puede ser que esa persona tóxica sea parte de tu familia, así que, si tienes que convivir con él/ella, hazlo por un tiempo determinado. Tú decide cuánto tiempo quieres invertir y no te enganches.
Ten confianza en ti mismo. Puedes ser más directo y hablar de tus sentimientos, decir que te sientes agotado después de hablar con esa persona y que ésta ignore tus consejos. Te preocupas por ella, pero no ves una razón por la que debas hablar de su problema particular, ya que no quiere hacer nada al respecto.
Simplemente, aléjate. Si ya has intentado de todo y esa persona no te deja de robar tu paz mental, lo mejor es agradecer por lo que te enseñó y alejarte. No tienes por qué permanecer en un lugar donde te sientes drenado y mal contigo mismo.