En el caos de la vida cotidiana, es común que sientas que el tiempo se te escurre entre las manos. Todas esas juntas a las que tienes que asistir, ese proyecto que debes coordinar y mientras tanto, tus niveles de energía bajan a cada minuto. ¿Hace cuántas horas te tomaste un descanso para comer? Tienes ganas de salir a gritar: "¿Cuándo fue la última vez que tuve tiempo para mí?".
Es en estos momentos cuando el agotamiento se apodera de la situación. Aunque, si eres honesto, hay una explicación más simple de lo que ocurre: no te sientes feliz. Claro, hay días en los que el trabajo requiere mucho de ti mismo (más de 8 horas). Pero el conflicto surge cuando no existe un equilibrio entre la carga laboral y el tiempo personal. Encontrar un espacio dedicado a tu persona cada día te hará sentir más productivo, optimista y en términos generales, más feliz. Es tan esencial como el oxígeno y tan universal como comer.
La buena noticia es que la fórmula para la felicidad no es tan complicada. Se trata de esos pequeños placeres, como dar un paseo, que tu pareja te dé un masaje o salir a cenar a tu restaurante favorito. Esos momentos relajantes te ayudan a recalibrarte. Puedes empezar con estos sencillos trucos:
- Estírate. Suena simple, ¡porque lo es! Esta práctica se ha llevado a cabo durante cientos de años. No hace falta ir lejos: el yoga ofrece múltiples posturas de estiramientos que no sólo mejoran la salud y aumentan la calma mental, sino que tienen un impacto en la calidad de vida. Cuando te estresas, tus músculos se tensan. Para soltar toda esa tensión, unos minutos por la mañana o por la tarde te harán sentir mucho más ligero.
- Medita. Siéntate en silencio durante el tiempo que consideres que funciona para ti. Puedes empezar por un par de minutos y aumentar poco a poco. Vas a notar que cada vez te sientes más en paz y contento.
- Conecta con la naturaleza. Otra forma de recargar pilas es pasar tiempo al aire libre. El objetivo es que logres bajar el ritmo cuando te encuentres inmerso en la serenidad de la naturaleza. Si es absolutamente necesario que lleves tu celular contigo, descarga alguna playlist con música de meditación y ponlo en modo avión. De otra forma, date un descanso de él.
- Muévete. Tal vez ir al gimnasio no sea lo tuyo; verte rodeado de gente que levanta pesas y suda puede no ser muy alentador. Pero puedes tener una buena sesión de cardio si vas a correr al parque. Elevar tu pulso te hará sentir renovado, relajado y feliz.
- Consiéntete. Una visita al spa no le viene mal a nadie. Si tienes la oportunidad, aparta un día entero para pasar del sauna al masaje y del masaje al tratamiento facial con aromaterapia. ¡Te lo mereces!
- Establece tus intenciones. Cuando sientes que las cosas en el trabajo (y en la vida) simplemente no avanzan, es momento de reflexionar. Lleva un diario donde escribas tus metas, tus afirmaciones y todo aquello que imaginas para ti. Con que dediques 10 o 15 minutos al día a esta actividad, bastará para expresarle al universo tus intenciones.
Con información de Girlboss