Para estudiar las diferentes partes del cuerpo y sus procesos, las analizamos, es decir, separamos todos sus componentes y tratamos de entender qué son y cómo interactúan unos con otros, pero con frecuencia en el proceso perdemos la noción de unidad o totalidad. Ya que cuando se trata de nosotros como seres humanos, todas nuestras dimensiones físicas, mentales y emocionales interactúan constantemente.  De tal manera que lo que pasa en el cuerpo afecta la mente y viceversa. Así que cuando comemos literalmente estamos construyendo nuestro ser, nuestro cuerpo y todo lo demás. Además estos conceptos no son realmente nuevos,  pues ya habían sido intuidos en oriente por las civilizaciones de India y los taoístas. La diferencia es que actualmente la ciencia y los avances tecnológicos han hecho posible recavar datos con respecto a estas relaciones y ayudarnos a comprender cómo lo que comemos afecta nuestro rendimiento mental. Es decir, la relación entre la digestión y la cognición.

Básicamente la mayoría de lo que comemos es transformado a través del proceso de digestión en glucosa y esta substancia es nuestro combustible físico y mental. De acuerdo al investigador Leigh Gibson  “El cerebro funciona mejor con alrededor de 25 gramos de glucosa circulando en el torrente sanguíneo, que es más o menos la cantidad que contiene un plátano”.  Y como la glucosa es responsable de nuestra capacidad para estar despiertos y alerta es fundamental que esté presente en todo momento en nuestra sangre. 

Además, aquello que consumimos tiene potencialmente la capacidad de fortalecer o debilitar nuestra concentración. Por ejemplo, puede ser que obtengas esos 25 gramos de glucosa comiendo avena o comiendo pastel y que a nivel inmediato esto no parezca hacer una gran diferencia en la calidad de tu actividad cerebral. Sin embargo, en un periodo de 8 horas, a diferencia se vuelve substancial. Ya que después de comer pastel secretamos glucosa rápidamente, lo cual nos dará aproximadamente 20 minutos de alerta, luego los niveles de glucosa bajarán acelaradamente disminuyendo tu concentración y haciéndote sentir distraído. Por otro lado después de comer avena la glucosa se libera más lentamente, esto es lo porque su índice glicémico  es bajo, lo cual se traduce en niveles de glucosa más estables y una mejor concentración y atención.

Entonces ¿qué debes comer para maximizar tus poderes cognitivos? Algunos de los alimentos que pueden ayudarte en este sentido son las semillas, nueces, el pescado, el chocolate, el aguacate, las zanahorias y los granos enteros.Además recuerda que para tu salud en general es crucial que te mantengas bien hidratado y cuides tu calidad del sueño si quieres saber más al respecto siempre puedes leer lo que hemos escrito sobre estos temas para ti.  

Con información de Buffer App