Pocas preocupaciones peores que tener a un hijo en el hospital.

Hace 10 meses mi hija (de 6 años entonces) estuvo internada en terapia intensiva 1 semana por una fuerte crisis asmática. No teníamos idea, ni nosotros ni el pediatra, de que tenía asma.

Gracias a Dios, a los doctores y a todos los amigos que nos apoyaron y le mandaron buenas vibras salió de la crisis y regreso rápidamente a su vida normal.

Yo tardé mucho más que ella (es más, aún no lo logro del todo) en asimilar todo lo vivido, pero ya que pude empezar a pensar con más claridad, decidí tomar acción y hacer todo lo necesario para que esté bien.

Investigué con mis maestros y en varios libros la importancia de la nutrición en niños con asma, y, aunque una dieta adecuada no elimina la enfermedad, sí puede reducir la frecuencia y la intensidad de los episodios.

Estas son las claves de la alimentación para niños con asma o cualquier otra enfermedad crónica:

• Incluir a diario una buena cantidad de frutas y verduras. Son gran fuente de vitaminas, en especial C y  E que pueden ayudan a evitar que los pulmones se irriten. Manzana, melón, zanahoria, por mencionar algunas.
• Incluir alimentos ricos en magnesio y potasio. Hay estudios que muestran que el magnesio puede reducir los síntomas del asma así como ayudar a la función pulmonar. Semillas de girasol, pepitas, edamames, aguacate, son buenos ejemplos.
• Incremetar alimentos con omega 3 y reducir el consumo del omega 6.
• Evitar aditivos y preservativos, es decir, mientras menos procesados los alimentos mejor. Ciertos aditivos pueden ser serios disparadores del asma, como el glutamato monosódico y los sulfitos.
• Los alimentos que tratamos de incluir por sus propiedades: aguacate, plátano, brócoli, espinaca, semillas de girasol, pepitas y leguminosas. Además hay que buscar fuentes de proteínas ricas en nutrientes como salmón o pescados blancos, y reducir el consumo de carne roja.

A la par de la alimentación se pueden tomar algunos suplementos (no todos al mismo tiempo, hay que variarlos a lo largo del año por periodos de 3 meses):

• Vitamina B6. Se ha encontrado que la vitamina B6 reduce la intensidad y la frecuencia de los ataques de asma
• Omega 3 por sus propiedades antiinflamatorias
• Vitamina C

Además, hemos aprendido a utilizar aceites esenciales en nuestra rutina para aliviar los síntomas.

En resumen, una dieta antiinflamatoria rica en una gran variedad de alimentos frescos, sin productos procesados, tiene grandes beneficios en cualquier persona, y con mayor razón si tienes una enfermedad crónica.

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