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Estos 3 hábitos te ayudarán a tener una buena digestión

Mayo 27, 2016

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Aunque nuestra digestión sea claramente un proceso físico, en realidad tiene una red de relaciones con todos los aspectos de nuestro ser. Lo cual significa que no sólo se ve afectada por nuestros hábitos alimenticios, también por nuestros patrones emocionales y mentales.  Si experimentas tránsito lento u otros trastornos digestivos y  te preguntas qué es lo que hace la diferencia entre lo que tú haces y lo que las personas con una digestión ejemplar hacen, estos puntos pueden darte algunas pistas. 


1. No comas demasiado rápido o cuando estás enojado.
Antes de la era tecnológica a ninguna cultura se le hubiera ocurrido comer frente a la televisión o en el auto, apenas notando los alimentos y bajo mucho estrés. Esto no es conveniente ya que cuando estamos tensos o con prisa, el sistema nervioso simpático activa una respuesta de alerta que evolutivamente tiene el propósito de ayudarnos a huir del peligro, pero que inhibe la asimilación de los nutrientes. Porque frente a una amenaza la naturaleza decide que es más importante que puedas correr que comer bocadillo. Además la absorción de los alimentos no es lo único afectado, también se afecta el tránsito digestivo. Por el contrario, si te tomas tu tiempo para comer y te relajas, se activará el sistema nervioso parasimpático. Si pones atención a tu comida lo más probable es que la saborees y la mastiques mejor, de tal manera que se vuelva una sustancia más líquida que sólida y por lo tanto más fácil de digerir. 

 

2. Acostarte o recargarte sobre tu costado izquierdo después de una comida. 

Si acostumbras tomar unos momentos para reposar después de comer lo más recomendable es que lo hagas recargado sobre tu costado derecho, ya que esto permite a tu estómago retener la comida el tiempo suficiente y luego vaciarse poco a poco. Si por el contrario, te cuestas sobre tu lado derecho la gravedad podría propiciar que la comida desaloje tu estómago prematuramente permitiendo que alimentos que no están completamente digeridos entren en el intestino delgado. 

3. Camina después de cada comida. 
Realizar una caminata de 15 minutos después de los alimentos regula los niveles de azúcar en la sangre, lo cual es especialmente bueno para quienes tienen riesgo de desarrollar diabetes.  Si no puedes caminar después de cada alimento, lo que puedes hacer es realizar una caminata más larga y equivalente en duración a la que correspondería a cada comida. Es decir, si realizas tres alimentos principales y cada uno equivale a 15 minutos de ejercicio, el total por estas tres comidas debería ser de 45 minutos.  Aunque con respecto a este punto en realidad hay diferentes programas de caminata para mejorar la salud general sin importar tu edad o condición física, si te interesa saber más puedes leer lo que escribimos al respecto y  seguir la recomendación del Dr. Shizue Masuki:


 
“Caminar durante 10 minutos en la mañana, 10 minutos en la tarde y 10 minutos en la noche. Ejercitarse 3 días a la semana es mejor pero si resulta demasiado complicado, hazlo el fin de semana y realiza todos los entrenamientos en 2 días. Hacer esto puede tener un efecto profundo en la regulación fisiológica del organismo”. 

 

A veces nos sentimos demasiado ocupados o agobiados y se nos escapan los detalles, pero estos cuentan cuando se trata de cuidar de nuestra salud digestiva. ¿Acostumbras comer enojado?, ¿caminas poco?, ¿te acuestas del lado incorrecto? Cuéntanos qué haces para cuidarte.
 
Con información de Life Spa  

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