El auge de la comida orgánica y su preferencia por encima de las opciones industrializadas, lo mismo que las tendencias como el vegetarianismo y el veganismo, tienen varios motivos detrás. Uno de ellos es la inyección de hormonas en los alimentos como carne o pollo e incluso se habla de hormonas en la leche. Sin embargo, este es un mito falso y aquí te contaremos por qué.
Las nutriólogas Fernanda, Mariana y Sol, quienes se denominan a sí mismas Nu3, tienen un Podcast en donde hablan sobre esta cuestión. En él, debaten específicamente sobre una pregunta, ¿le inyectan hormonas a los pollos?
El pollo es un alimento cuya carne consiste en un 20% de proteína, 9% de grasas y cero carbohidratos. Además, aporta múltiples vitaminas y minerales, por lo que te dará gusto saber que no, no le inyectan hormonas a los pollos.
Para empezar, ellas explican que el uso de hormonas es ilegal y que existen varias instancias encargadas de regular esto. Por lo que difícilmente un alimento que contenga hormonas podría aparecer en el mercado. Por otro lado, las nutriólogas explican que la administración de hormonas al pollo no tendría ningún efecto benéfico, y hacen la comparación con un fisicoculturista, quien podría utilizar sustancias para fortalecer su cuerpo, pero que necesitaría del ejercicio para sentir sus efectos. En cambio, si a un pollo se le inyectan hormonas sin que a esto le siga la realización de algún deporte, su cuerpo no presentaría modificaciones reales. También explican que las hormonas son realmente caras. Si a los pollos se les inyectaran, su precio aumentaría considerablemente, y el pollo es una de las carnes más baratas en el mercado.
La diferencia de tamaño y color entre un pollo orgánico y uno industrial no se relaciona con la inyección de hormonas, sino con la alimentación a la que se someten. Los granos que comen los pollos orgánicos durante su crianza son distintos a los granos que alimentan a los pollos que se producen de manera industrial. Los granos sí pueden tener modificaciones genéticas, pero los pollos no.
Respetamos las preferencias de todas las personas. Lo importante es tomar decisiones conscientes que estén bien fundamentadas. Por otro lado, el consumo de productos orgánicos tiene beneficios en muchos otros sentidos, por ejemplo, en el ámbito ecológico permiten la regeneración de la tierra de forma más sencilla que los cultivos industriales. Así que sientete libre de tomar tus propias decisiones con base en tus principios, pero con información confiable.
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