Todo lo que comemos tiene un efecto directo en nuestro cuerpo. Ya sea para bien o para mal, cada alimento que consumimos afecta en las funciones que realizamos todos los días, y nada de lo que ingerimos pasa sin tener una consecuencia en el cuerpo.
Suena bastante limitante pensar que debemos cuidar absolutamente todo lo que comemos, pero la buena noticia es que mientras preservemos una alimentación balanceada y nutritiva, el cuerpo encuentra el equilibrio.
No obstante, dependiendo de lo que comemos será la manera en que nos sentimos, y un ejemplo muy claro de este hecho es el sueño que sentimos cuando comemos mucho o comemos alimentos ricos en carbohidratos y grasas. ¿Te ha pasado?
Lo que ocurre en el cuerpo cuando da sueño después de comer ciertos alimentos (de elevado índice glucémico, como el pan) es que el cuerpo libera altas dosis de glucosa, y eso hace que reduzca sus niveles de atención y entre en un estado de aletargamiento. Por eso, en un efecto contrario, cuando comemos alimentos integrales que contienen un índice glucémico menor, la liberación de glucosa es paulatina, y hace que sintamos energía durante el día y que podamos mantenernos activos.
Recuerda que es normal sentir un poco de sueño después de comer, pues el proceso de digestión centra la actividad circulatoria en el estómago y puede causar un ligero agotamiento. Sin embargo, cuando el cansancio es fuerte, puede deberse a una elevada dosis de glucosa o, en otros casos, a problemas de salud como anemia, diabetes o hipertiroidismo, en cuyo caso se recomienda asistir con un profesional de la salud.
Así que, si quieres mantenerte activo durante el día, evita alimentos con exceso de grasa, azúcar y carbohidratos, y procura consumir alimentos con fibra o con carbohidratos complejos, los cuales aportan energía al cuerpo.
Fuente
M.O.