Elegir un buen trozo de pan siempre es un placer. Hoy en día hay demasiadas opciones: con multicereal, integrales, de masa madre, veganos, y la lista sigue. Las variantes más saludables de este alimento están cargadas de ingredientes buenos para ti, que aumentan tu consumo diario de proteína y te ayudan a reducir la ingesta de azúcar. El único problema es que contienen menos conservadores, así que no duran mucho. Morder un sándwich con todo el gusto del mundo y descubrir que el pan ya tiene esas pequeñas manchas verdosas (moho) le pasa a todos.
¡Pero hay buenas noticias! No tienes por qué preocuparte. Si tragas esos pequeños cúmulos de hongos, es muy posible que tu cuerpo no sufra daño alguno. Probablemente, la peor parte de comer moho es darte cuenta de que lo has hecho. Aunque te pueda causar bastante asco, el problema no irá más allá (sobre todo si tienes un sistema inmune saludable). Puedes aprender más al respecto en este video.
Sin embargo, ya que el moho es un tipo de hongo, hay personas que pueden ser alérgicas. Estos padecimientos no suelen ser serios (con algunas excepciones). El otro conflicto que representa ingerir por accidente un pan mohoso es que contiene micotoxinas. Éstas son químicos que algunos de estos hongos desarrollan bajo ciertas condiciones y que son tóxicos para los humanos y otras especies. Por lo general, si consumes un poco alguna vez no sucederá nada. Esto cambiaría si lo haces de manera frecuente y en dosis más altas.
Así que, ¿cuál es la mejor forma de manejar esta situación? Depende. Es más fácil que el moho crezca en comidas blandas como como pan, queso y carne, y en estos casos, la comida debe tirarse a la basura cuanto antes. Cuando se trata de alimentos más duros, como zanahoria, fresa o queso duro, en teoría aún es posible cortar únicamente la parte afectada y comer lo demás. Pero, de cualquier manera, ¿para qué arriesgarse?
Una vez que tus ojos pueden ver los hongos, es muy probable que la comida en cuestión ya esté llena de bacterias y micotoxinas. Si lo descubres después de haber dado un desafortunado bocado, no entres en pánico. Fíjate bien la próxima vez que te prepares un rico sándwich.
Con información de Well and Good