Después de estudiar (e intentar) muchos tipos de dietas, decidí que apegarme a un régimen estricto no funciona para mí. Disfruto comer bien, saludable, fresco y variado la mayoría del tiempo. Por eso el concepto del 80/20 es ideal. Básicamente consiste en optar por alimentos con gran cantidad de nutrientes el 80% del tiempo, dejando abierto el 20% para algo menos nutritivo. Yo trato de “guardar” ese 20% para cuando como fuera de mi casa, ya que me parece más complicado controlar porciones, frescura, origen, etc.
Tampoco me parece que debamos tener restricciones en cuanto a grupos de alimentos o cantidades, cuando comes bien la mayoría del tiempo, la atención se va a hacia elegir correctamente. Es decir, me fijo más en el “qué” que en el “cuanto”. Y lo mismo aplica para mi familia.
Además, la perfección no es mi meta en cuanto a nutrición. La salud lo es. Por eso, sé que puedo comer una rebanada de pastel o un postre delicioso porque lo hago de vez en cuando. He aprendido a saber que batallas son las que quiero perder y cuáles no valen la pena.
Aquí les dejo algunos ejemplos de lo que me gusta comer durante un día:
No es difícil comer bien, se trata de organizarnos y planear para no perdernos en el intento.