Los probióticos han estado presentes en la alimentación de los seres humanos por cientos de años, aunque los estudios científicos sobre sus beneficios son muy recientes. Hasta ahora se sabe que el consumo de probióticos, por lo menos de aquellos que provienen de los lácteos fermentados, no modifican las bacterias que ya existen dentro de nuestro intestino cuando entran en contacto con él, sin embargo, sí pueden tener acción sobre el comportamiento de las mismas provocando cambios en su comportamiento que resultan benéficos para la salud digestiva.
Después de un tiempo prolongado de consumir probióticos diariamente notarás los siguientes cambios en tu cuerpo: