Existen muchas teorías sobre qué tan malo es tragarse un chicle, y mientras hay quien afirma que no pasa absolutamente nada malo, hay otros que casi sentencian que se quedará pegado para siempre en algún punto indeterminado de tu tracto digestivo.

Hace miles de años, durante el período neolítico, la gente masticaba alquitrán de corteza de abedul para mantener las encías saludables. En la década de 1860, se obtuvo de la savia de los árboles una goma que fue el primer antecedente del chicle comercial pero proveniente de la naturaleza; sin embargo, el chicle que todos conocemos ahora es completamente sintético y por lo tanto le puede dar problemas a nuestro cuerpo para digerirlo.

Lo cierto es que el intestino está hecho para manejar y descomponer alimentos vegetales y animales así como sus respectivos carbohidratos, proteínas y otros nutrientes porque tiene enzimas especiales para transformarlas en moléculas, pero estas enzimas no están hechas para descomponer la sustancia gomosa que se encuentra en el chicle. Entonces, a pesar de que puede descomponerse el azúcar y los colorantes, el chicle pasa de largo y el cuerpo lo desecha eventualmente a la hora de ir al baño.

En otras palabras: el chicle no pasa años en el tracto digestivo. El tiempo de tránsito es diferente depende del cuerpo de cada quien, pero como máximo tardará 3 días en salir, al igual que cualquier otra fibra insoluble.

No obstante, hay algunas restricciones: tragar chicle no está recomendado para los niños, para personas con problemas gastrointestinales crónicos o si en ese momento padeces cualquier enfermedad estomacal.

Incluso, por más sorprendente que te pueda parecer, algunos médicos dicen que muchas veces es preferible tragarlo en vez de tirarlo en la calle si es que no tienes un bote de basura cerca, ya que el problema con los chicles pegados en el pavimento (o en otros lugares) es más grande que lo que te pueda pasar si lo ingieres.

Así que ya lo sabes, nada malo te ocurrirá si de pronto te tragas un chicle, ya sea por accidente o porque no tienes dónde tirarlo (lo cual es preferible), pero por favor, no lo hagas tan a menudo.