Las ventajas de llevar una alimentación vegetal son interminables. Aunque al principio una dieta vegana puede parecer restrictiva, pronto te darás cuenta de que vale la pena por el nuevo brillo en tu piel, tu estómago plano y la sensación general de bienestar y equilibrio.
Si tienes la intención de volverte vegano, o al menos de intentarlo, hay algunas cosas que debes considerar antes de hacer el cambio.
- Puedes “veganizar” prácticamente cualquier platillo. Cuando haces la transición, es común creer que te vas a tener que privar de tus comidas favoritas (como un espumoso café capuchino o un suculento rollo de sushi). La buena noticia es que con el constante crecimiento del movimiento vegano, cada vez hay más alternativas para reemplazar los ingredientes de origen animal sin sacrificar el sabor. Por ejemplo, el capuchino lo puedes disfrutar con leche de avena, almendra o soya. El sushi es fácil de preparar sólo con vegetales y tofu, o lo que se te antoje más.
- El veganismo es un estilo de vida, no una dieta. Hay muchos más aspectos de la vida involucrados en ser vegano. Se trata de una filosofía que busca reducir el sufrimiento animal lo más posible. Así que aplica para la ropa que vistes, los productos cosméticos que utilices y las formas de entretenimiento que elijas (por esta razón, se evitan los circos con animales y los zoológicos). Desde luego, hay gente que adopta la dieta vegana exclusivamente por motivos de salud. Si este es tu sentir, no hay problema. Ve a tu propio ritmo.
- Abundancia sobre restricción. Como se mencionó arriba, hay una versión vegana de todo: quesos, helados y hasta tocino. Estos productos son muy útiles para hacer el cambio de hábitos más sencillo. No obstante, se pueden crear platillos increíbles únicamente al usar plantas. Te sorprenderás de la creatividad que va a surgir en este proceso. La comida vegana es abundancia.
- Es posible ser vegano con un presupuesto. Existe un estereotipo de que el veganismo sólo es accesible para determinados niveles económicos pero la realidad es que, con algo de práctica y tips, puedes tener éxito en tu estilo de vida vegano sin quedar en bancarrota. Por ejemplo, puedes comprar al mayoreo productos como legumbres y granos, así como aprovechar las frutas y verduras de temporada.
- Puede haber cambios físicos. Cuando tu cuerpo se desintoxica, es común tener síntomas como fatiga o algún dolor de cabeza. Aunque tu sistema siempre trata de expulsar las toxinas (sin importar cómo lo alimentes), cuando adoptas una dieta como la vegana (alta en fibra y agua) puedes experimentar estas molestias de manera más clara. También es posible que no te ocurra absolutamente nada, ya que varían de persona a persona. En todo caso, sólo duran un par de días. Asegúrate de estar muy hidratado y de descansar lo suficiente.
- Las demás personas se pondrán a la defensiva. Tal vez sea lo último que esperes, pero las implicaciones sociales son un efecto secundario inevitable al volverte vegano. No te sorprendas si, por alguna razón, tu nuevo estilo de vida sale a relucir en la mayoría de las conversaciones. La mayoría de las veces la gente te retará y tratará de probar su punto, es decir, que tiene buenas razones para comer animales (aunque a ti no te interese en especial lo que coma). Cuando dejas la carne tocas las fibras sensibles de otros, pues les recuerdas que ellos sí la comen. La mejor forma de suavizar este impacto es simplemente compartir que tú antes también consumías productos de origen animal, pero que no tenías información que ahora tienes. Sobre todo, haz énfasis en lo bien que te sientes ahora.
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Con información de The Chalkboard