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¿Cómo preparar tu propio ghee casero?

Abril 10, 2018

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La mantequilla clarificada o ghee es una mantequilla utilizada por la ayurveda, la medicina tradicional de la India. Se trata de un tipo de mantequilla purificada a la que se le quitan los lácteos sólidos por medio de un proceso muy sencillo que puedes realizar en tu propia casa.

 

El ghee también es conocido como “oro líquido”, debido a sus valiosísimos aportes tanto en la cocina como en la medicina tradicional. Tiene propiedades anticancerígenas y se usa para pacientes con afecciones cardiovasculares. Contiene un alto número de antioxidantes, así como vitaminas A, D, E y K. Además, cuando se unta en la piel, previene y combate erupciones cutáneas y alergias, y se recomienda para tratar algunas quemaduras.

 

El ghee está íntimamente relacionado con la estabilidad mental, y se dice que favorece la meditación.

 

Aquí te damos la receta para prepararlo en tu casa, de manera sencilla y rápida. Necesitas:

- 750 gramos de mantequilla sin sal

- Una cacerola

- Una cuchara de madera

- Un colador fino

- Un trozo de gasa de algodón

- Un frasco de cristal

 

El procedimiento es muy simple: primero coloca la mantequilla dentro de la cacerola -sin taparla- y comienza a calentarla hasta que se derrita completamente. Comenzarás a notar cómo los sólidos se van hacia la superficie. Deja que este proceso ocurra durante varios minutos sin bajar el fuego.

 

La clave es la observación, pues cuando notes que los sólidos se están fragmentando y las burbujas de hervor se vuelven más densas, debes bajar un poco el fuego. Comienza a remover lentamente con la cuchara para evitar que se pegue al fondo. Se formará una espuma cada vez más densa. En este punto, apaga la llama y deja que la espuma forme una capa muy fina.

 

Ahora sí, los sólidos están concentrados al fondo de la cacerola. Utiliza unos guantes y con cuidado -cuando ya se haya enfriado un poco- vierte el contenido en el frasco que te servirá para conservarlo. Utiliza la gasa y el colador para filtrar todo lo sólido. Antes de cerrar el frasco, deja que se haya enfriado totalmente. Verás cómo adquiere una consistencia semisólida. Y eso es todo: ya tienes tu propio ghee casero para untar a tus alimentos o a tu piel.

 

Gracias a que el ghee no es susceptible a la oxigenación puedes mantenerlo sin refrigerar, simplemente en un frasco bien sellado y a temperatura ambiente.

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