El chocolate suele ser muy socorrido cuando de aliviar un corazón roto o triste se trata, y también se suele recurrir a él en momentos de estrés y tensión, ya que es uno de esos alimentos que nutren el alma y te dan ese bocado de felicidad que necesitas en el momento preciso. 

Y esto no es en vano, pues el chocolate, principalmente en sus versiones oscuras, ya sea amargo o semiamargo, no sólo es delicioso, sino que posee propiedades que lo hacen un alimento benéfico tanto para el corazón como para el cerebro. 

Por esta razón, de acuerdo con los especialistas en neurociencia, el chocolate amargo es uno de los alimentos funcionales más poderosos que puedes agregar a tu dieta. 

Para comprender mejor cómo el chocolate oscuro beneficia al corazón y al cerebro, primero es importante entender cómo se relacionan estos dos importantes órganos.

En primer lugar, la conexión corazón-cerebro está dada por la vasculatura del organismo. El ser humano tiene casi el equivalente a 650 kilómetros de vasos sanguíneos en el cerebro y más de 96 mil kilómetros de vasos sanguíneos en todo el cuerpo. 

El ejercicio, el manejo del estrés y, por supuesto, la dieta, desempeñan un papel importante en la protección del cerebro y el corazón. 

En el punto de la dieta, el chocolate negro tiene un papel importante, ya que es rico en antioxidantes, llamados polifenoles, que proporcionan efectos antinflamatorios tanto en el cerebro como en todo el cuerpo. Dichos antioxidantes pueden cruzar la barrera hematoencefálica y ayudar a proteger las neuronas del cerebro. 

Los flavonoides del chocolate amargo también inducen la expresión del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), que es una proteína responsable de la neurogénesis. En otras palabras, comer chocolate amargo puede desencadenar reacciones químicas en el cerebro que ayudan a desarrollar nuevas células cerebrales. 

Esta neurogénesis ocurre principalmente en un área del cerebro llamada hipocampo, que es responsable del aprendizaje y la memoria. Es por eso que el consumo de chocolate oscuro puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo o enfermedad de Alzheimer.

La otra gran ventaja del chocolate amargo es que ayuda a liberar óxido nítrico, que aumenta la vasodilatación y asegura que haya un suministro abundante de flujo sanguíneo rico en oxígeno al cerebro. A través de este mecanismo, comer chocolate amargo puede ayudar a reducir la presión arterial, por lo que puede ser un aliado para quienes padecen hipertensión. 

 
Por si esto fuera poco, el chocolate negro tiende a ser bajo en azúcares, por lo que puede satisfacer los antojos sin alterar significativamente los niveles de glucosa en la sangre y sin comprometer tu consumo calórico si buscas bajar o mantener tu peso. 

Así que procura agregar un poco de chocolate a tu alimentación diaria; tu corazón y tu cerebro te lo agradecerán.

Foto de portada: Frepik