¿Has notado que, desde que tienes esa relación estable, has subido algunos kilos? ¿O te has dado cuenta de que tus amigos con pareja empiezan a verse más gorditos después de un tiempo?

No se trata de tu imaginación: un estudio de la Universidad de Queensland en Australia concluyó que las personas que están en relaciones estables y felices corren mayor riesgo de aumentar de peso. 

En dicha investigación se comprobó que algunas personas ganaron hasta 10 kilos después de haber comenzado una relación estable. Según los científicos, el problema parece ser que cuando te sientes feliz en una relación, tu apetito aumenta.

Y si a esto le sumas que al estar en pareja son más frecuentes las salidas a comer (generalmente cosas no muy saludables), la ganancia de peso es sólo cuestión de tiempo.

Cuando tienes una relación de pareja hay muchas cosas que compartes con esa persona especial, como el amor por la comida. Pero, ¿por qué no compartir también la búsqueda del bienestar y la buena salud en conjunto? Una forma de hacerlo es empezar una dieta juntos. 

Es una realidad que mantener hábitos alimenticios y de vida sanos suele ser complicado para la mayoría de las personas, y por lo general es difícil respetar un régimen alimenticio. 

Muchas veces, las personas que lo intentan se sienten solas durante el proceso, poco a poco pierden la motivación y esto conduce a que un cambio duradero parezca imposible. 

Pero es muy probable que el panorama se modifique si inicias ese plan alimenticio saludable al lado de tu ser amado. Así, juntos pueden crear hábitos más saludables y fortalecer la relación, además de apoyarse mutuamente.

A continuación, cinco beneficios de hacer una dieta en pareja:

1. Existe el apoyo mutuo

Hacer dieta en solitario es muy complicado. Además de no contar con apoyo, todo el tiempo se te va a antojar lo que tu pareja, familiares o amigos coman. Si cuentas con la compañía y apoyo de tu pareja, quien además hará el mismo esfuerzo para alimentarse de manera saludable, esto te hará sentir más motivado, y hasta pueden compartir sus progresos para mantenerse en el buen camino.

2. Pueden hacer ejercicio en pareja

Además de una buena alimentación, lo que se recomienda para bajar de peso es hacer ejercicio diariamente, o al menos cada tercer día. Si lo haces junto con tu pareja, será más divertido, ambos se sentirán más motivados y comprometidos con la actividad física y ésta les ayudará a sentirse mejor y estar llenos de energía. 

3. Ayuda mutua para controlar lo que comen 

Es sencillo: cuando tu pareja esté en riesgo de caer en la tentación, tú estarás ahí para evitarlo, y viceversa. En el caso de que alguno coma de más o incluya en su dieta alimentos que no debería consumir, ambos intentarán corregirse entre sí, ya que tienen un objetivo en común. 

4. Para hacerlo divertido, hagan un reto 

Perder peso puede convertirse en un reto personal y en una competencia entre ustedes. Para hacerlo más divertido y motivador pueden incluso apostar algo, como invitar al otro al cine si logra su objetivo semanal, o darle algo que le guste como premio por cumplir su meta. 

Esto hará que ninguno quiera tirar la toalla cuando se sienta cansado, ya que verán que su compañero, a pesar de todo, continúa su rutina saludable. 

5. Ambos tendrán una vida más sana

Al cambiar los hábitos alimenticios, la cantidad de calorías que se consumen es mucho menor y los alimentos son más sanos. Esto será un factor clave para mejorar la calidad de vida de ambos, pues por lo general cuando se hace régimen para adelgazar se incluye una mayor variedad de verduras y frutas y se dejan de lado los dulces y los productos refinados.

Pronto ambos estarán tan bien que querrán seguir con este tipo de vida, a lo que no les costará nada acostumbrarse. Es increíble, pero muchas personas comienzan a hacer ejercicio y dieta con su pareja para poder conseguir bajar de peso y, por lo general, da resultado.

Además, ambos se sentirán mucho más a gusto con su apariencia y eso aumentará su confianza y autoestima, lo cual repercutirá en una mejor relación. 

Con información de la nutrióloga Daniela García Quijano, de la Clínica Balianz