En una investigación se sugiere que al hacer ejercicio en ayunas, puedes quemar el doble de calorías que al hacerlo con el estómago lleno.
Esto es lo que sucede: al comer carbohidratos los niveles de glucosa en sangre aumentan, lo que desencadena una liberación de insulina (hormona responsable de regular la glucosa en sangre).
Cuando comes antes de hacer ejercicio, tu cuerpo usa lo ingerido para alimentar sus músculos, pero hacer ejercicio en ayunas obliga al cuerpo a extraer energía de la grasa (la que ya guardabas).
Javier González, fisiólogo de la Universidad de Bath en el Reino Unido, publicó este estudio en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, en el que se comparó a un grupo de hombres con sobrepeso que comieron antes del ejercicio con uno que comió después.
Si bien no hubo cambios de peso significativos entre ambos (el estudio sólo duró 6 semanas), las personas que entrenaron en ayunas quemaron más grasa, el doble que el grupo que desayunó antes de ejercitarse.
Si acostumbras comer antes de salir a tu entrenamiento, puedes cambiar el hábito lentamente o desayunar ligero, principalmente con un platillo bajo en carbohidratos.
Y cuando quieras comer después de entrenar, es mejor omitir los hotcakes y el cereal. Prueba un desayuno magro y fuerte (más proteínas, menos carbohidratos), o tal vez uno rico en aminoácidos (almendras, avellanas, quinoa) que te ayude a aumentar tus ganancias musculares después de hacer ejercicio. Otra buena opción es hacer una dieta rica en proteínas para reducir los antojos por el resto del día.
Algunas opciones para desayunar:
Con información de Men's Journal