Cuando eres una persona que padece de un estómago delicado, como yo, sabes que tienes que cuidar tu alimentación; aunque, por supuesto, sin dejar de comer “rico”. Una forma de lograrlo y que he descubierto con el paso del tiempo es incluir en tus comidas alimentos funcionales.
¿A qué me refiero? Es muy sencillo. Los alimentos funcionales son aquellos que tienen un significado especial en tu salud: previenen enfermedades y mejoran tu calidad de vida.
Lo curioso de esto es que casi nadie sabe de ellos y la importancia de incluirlos en la dieta. Por ello me pareció una buena idea mostrarte algunos de ellos para que los incluyas en tus comidas.
Cereales enteros como avena: Favorecen el movimiento intestinal y evitan concentraciones de colesterol en la sangre.
Frutas, vegetales y tubérculos: Generan sensación de saciedad, te ayudan a que tu cuerpo reserve más agua y evitan que produzcas los incómodos gases. Además, reducen los niveles de triglicéridos.
Pescado, chía y aceites de semillas: Previenen la formación de coágulos de sangre en los vasos sanguíneos y con ello enfermedades cardiovasculares; además, disminuye las concentraciones de colesterol malo.
Yoghurt y otros lácteos: Contienen probióticos y ayudan a la restauración de la microbiota intestinal, ayudando así a mantener un equilibrio de bacterias que nos permitan tener una adecuada salud digestiva.
En lo personal consumo diario yoghurt, porque los probióticos que contiene ayuda a que mejore mi salud digestiva.
Así que, si revisando esta lista hay alimentos funcionales que no habías considerado consumir, es momento que los incluyas en tu dieta y te des la oportunidad de mejor tu calidad de vida. Recuerda que… ¡somos lo que comemos!