El petróleo es la principal fuente energética del mundo pero como todos sabemos, su principal problema es el de ser un recurso no renovable. Anualmente se consumen 35 mil millones de barriles de petróleo, ocasionando, como es de suponerse, una inmensa contaminación del aire, ríos, lagos y mares. Científicos calculan que aproximadamente el 40% del petróleo del mundo ya se ha consumido y si seguimos a este ritmo, en menos de un siglo estaremos sin petróleo, sin gas natural y posiblemente sin carbón.
No obstante, las energías renovables como la luz solar, el viento (energía eólica) y el agua (energía hidráulica), seguirán estando ahí por mucho más tiempo, lo que significa que podemos aprovecharlas si como especie hacemos un uso y distribución del gasto energético de manera más consciente e inteligente. La gran pregunta es: ¿seremos capaces de cambiar nuestras fuentes energéticas actuales hacia las renovables para sustentarnos de la misma forma? Hasta el momento, sólo el 13% de nuestro consumo se genera con energías renovables y dependerá de los ajustes que, como sociedad de consumo realicemos, para poder impulsar la transición y que nuestras necesidades no se vean afectadas. El proceso es lento y complejo, mas no imposible.
Uno de los principales obstáculos para esta transición es que aún no contamos con la tecnología específica para transportar la energía generada por las fuentes renovables ni para hacerla rendir lo suficiente como para satisfacer la demanda de las grandes metrópolis. Los costos de transporte de esta energía, mediante una compleja red de cableado, por ejemplo, todavía resultan elevadísimos, pues la infraestructura actual no está pensada para este uso y tendría que reconstruirse por completo. No olvidemos que, como en todo avance que busque lograr un bien universal, están involucrados los sectores científico, económico y, por supuesto, político, así que las decisiones se toman entre estos tres poderes y eso vuelve el conflicto más lento de resolver.
Uno de los principales retos de los investigadores, científicos e ingenieros reside en encontrar nuevos materiales y nuevas formas de recolectar, almacenar y transportar la energía proveniente de fuentes renovables, es decir que la problemática se extiende a muchas áreas de la física, la química, la ingeniería y la arquitectura. Nuestros avances tecnológicos, a pesar de estar evolucionando constantemente, aún no son capaces de asimilar por completo un cambio radical hacia nuevas fuentes de energía, por lo que los combustibles provenientes del petróleo siguen dominando la industria y el mercado.
Sin embargo, es sólo cuestión de tiempo para que logremos alcanzar gradualmente estos objetivos. La creatividad y la innovación siempre han sido la clave de todos los avances de la sociedad, desde el rubro científico y tecnológico, hasta el cultural y artístico. Miles de laboratorios están trabajando en mancuerna con los gobiernos de varios países para poder lograr, en un mediano plazo, esta transición energética que nos beneficiará a todos y con ello, al planeta.