Un día cualquiera podemos hacer un comentario que consideramos apropiado para el contexto en el que nos encontramos, pero quizá ese comentario era discriminatorio de alguna manera; por ejemplo, si estás en una fiesta y comentas lo mal que se ve una chica por la forma en que baila o si decides burlarte de un compañero de trabajo por la manera en que habla. Todas estas (y muchas más) son formas de discriminación. El problema de no cuidar lo que decimos es que puede tener muchas repercusiones en las personas. Te contamos más.

Te puede interesar: Conoce los principales tipos de discriminación y aprende a evitarlos

1. Afecta profundamente su autoestima

Si la persona que insultaste se entera del comentario, su autoestima se verá afectada. Hay gente que se siente muy segura con la forma en la que es, y eso es digno de felicitarse. Sin embargo, otras personas son más susceptibles a sentirse incómodas con un comentario relacionado con su aspecto, ¿por qué afectar la forma en que los otros se sienten para mal?

2. Limita su calidad de vida

Cuando nos sentimos inseguros es más complicado llevar una vida de calidad. Pueden complicarse asuntos como la búsqueda de un empleo, entablar relaciones de amistad o pareja, crear vínculos con la familia, y muchas otras cosas que son producto de una baja autoestima. ¿Vale la pena dañar tanto a alguien?

3. Trasciende ideas discriminatorias por generaciones

Cuando una madre se siente insegura con su cabello chino, por ejemplo, le dirá a su hija que lo peine de otra manera; lo mismo sucederá si alguien no siente orgullo de quien es, como consecuencia de la discriminación que pudo haber experimentado durante su vida. No fomentemos inseguridades que trasciendan por generaciones.

4. Aumenta la agresividad en la gente

Efectivamente, la discriminación que vuelve insegura a la gente también puede hacerla más violenta. Si alguien entra en una actitud defensiva, tomará cualquier comentario como negativo por estar habituado a ser víctima de discriminación. ¿Necesitamos más violencia?

5. Legitima discursos de poder

La discriminación parte del supuesto de que una cosa es mejor que la otra. Este tipo de ideas legitiman los discursos del poder que son el origen de eventos terribles como guerras, crímenes y formas de control. Puede sonar lejano pero, ¿por qué no evitar la comunicación que no tiene su base en el amor desde nuestra cotidianidad?

Para evitar cualquier tipo de discriminación lo ideal es ser empático. Piensa que todo lo que puedas decir que sea discriminatorio en torno a alguien también podrían decírtelo a ti. Porque, ¿quién dice que un color de piel es mejor que otro? También puedes detenerte a pensar si ese comentario vale la pena y qué puedes obtener de él; ¿no sería mejor evitarlo?

Cualquiera que sea el motor por el cual discrimines, evítalo. Sus consecuencias son muchas y no valen la pena. 

Imagen de portada de freepik