El siglo XXI es el punto de quiebre histórico en el que el mundo tiene que generar suficiente conciencia ecológica para definir el futuro del planeta y de la humanidad. Por eso, países como Francia, Dinamarca, Argentina y Canadá ya están tomando cartas en el asunto, al transformar sus urbes en ciudades ecológicas.

En tiempos recientes, Francia estableció una ley en la que declaró que todos los techos de edificios nuevos ubicados en zonas comerciales del país deben estar parcialmente cubiertos con plantas o paneles solares. Aunque inicialmente se pretendía que la ley obligara a las constructoras a cubrir las superficies enteras de todos los techos de edificios del territorio con áreas verdes, al final su alcance se redujo a edificios comerciales, además de que se dio la opción de instalar, en lugar de plantas, paneles solares para generar electricidad. No obstante, sigue siendo un triunfo en cuestión de responsabilidad ambiental y cambio.

Esta iniciativa no es nueva, pues países como Alemania, Australia, Noruega y Canadá ya la han aplicado con anterioridad, incluso en construcciones residenciales. Poco a poco se nota que las ciudades van transformando su manera de vivir y, ya sea con propuestas para recorrerlas en bici en lugar de automóvil, creando edificios inteligentes con instalaciones de aprovechamiento de residuos o reciclaje de agua o, en este caso, estableciendo techos verdes y paneles solares, la tecnología se pone cada vez más al servicio del cuidado de nuestro hábitat. Por lo pronto, Francia ha empezado con este proyecto con miras a un futuro próximo en el que todas las azoteas del país –no sólo las de edificios nuevos– se cubran con vegetación. De esta manera, este destino podría ser carbono neutral hacia el año 2025.

Justo detrás de Francia está la ciudad de Copenhague, Dinamarca, la segunda en aplicar este tipo de legislación sobre techos verdes. Por su parte, Suiza y la ciudad de Buenos Aires, en Argentina, cuentan con una Ley de Techos Verdes en la que se pide a los edificios de construcción reciente incorporar elementos de vegetación en sus instalaciones. Por último, en Chile, ciertas políticas ofrecen incentivos a las constructoras que generan proyectos con perfil ecológico, el cual, cabe admitir, en muchos países no se ha querido adoptar aún debido a su alto costo.

¿Qué beneficios ofrecen los techos verdes?

• Aportan espacio para cultivar flores, frutas y verduras.
• Filtran contaminantes y CO2 del aire.
• Fungen como barrera acústica.
• Bajan los costos de calefacción en invierno y los de aire acondicionado en verano al reducir la energía requerida para calentar o enfriar el edificio, respectivamente.
• Retienen agua de lluvia, evitando el desgaste de los techos.
• Favorecen la biodiversidad, al dar a las aves un espacio donde pueden anidar en mitad de la jungla de asfalto.
• Aminoran el efecto invernadero causado por los altos rascacielos típicos de las grandes urbes.

Por su parte, los paneles solares…

• Aportan energía renovable que se puede utilizar en los edificios.
• Reducen las consecuencias ambientales de la exacerbada producción eléctrica.
• Tienen un efecto aislante similar al de los techos verdes.

Si todos los países comienzan a cambiar su forma de entender la arquitectura contemporánea, se dará el siguiente paso a la conservación de la vida para la posteridad. Solamente de esta manera se demostrará que hemos comprendido que el desarrollo sostenible no es cuestión de opción sino de compromiso.