Muchas veces, el ser humano no tiene idea de lo importantes que son las demás especies de animales y plantas para mantener el equilibrio de la vida en el planeta. En la Tierra, todo está conectado y todos los organismos tienen una función relevante en el ciclo de la vida, desde los más grandes hasta los más pequeños.
Al pensar en las moscas, se les suele asociar con suciedad, se piensa que son molestas y transmiten enfermedades. Sin embargo, esos pequeños insectos alados cumplen con una importante misión, ya que se dedican a reciclar la materia orgánica en descomposición (frutas, verduras y cadáveres), con lo que ayudan a mantener el equilibrio ecológico del planeta.
Algunas moscas comen frutas y verduras en descomposición, otras se encargan de los cadáveres y muy pocas comen seres vivos. Las moscas que comen material vegetal existen desde hace 150 millones de años, y se han identificado más de 27 mil especies.
Son organismos sofisticados y novedosos, pues a lo largo de su evolución se han transformado sus alas para que el segundo par se convierta en su órgano de equilibrio y tengan una gran capacidad para moverse al volar.
Además, tienen una visión privilegiada que les permite enfocar claramente su entorno, por lo que son capaces de detectar, aun a distancias considerables, alimentos maduros e incluso animales muertos. Su función es reciclar esa materia en descomposición para que sea usada por otras formas de vida.
Si las moscas dejaran de existir, habría un caos porque la materia en descomposición se acumularía en cantidades inimaginables. Por ello, aunque a veces no sean bienvenidas, debes saber que tienen un papel muy importante para que la vida en la Tierra se mantenga como la conoces ahora.
Otra razón por la que las moscas son seres muy importantes es que el 70% de su ADN es igual al del ser humano, y de este porcentaje, el 75% está asociado con enfermedades de la humanidad. Así, a través de las moscas los investigadores estudian diversos males, como infertilidad, diabetes y Parkinson.
Por ejemplo, si se estudian los genes asociados al Parkinson en la mosca, se entenderá cómo se regulan, qué sustancia incrementa la respuesta y cuál la disminuye o retrasa, para después aplicar este conocimiento en las personas con este padecimiento.
Y eso no es todo, pues las moscas también ayudan a saber si un sitio está contaminado. Por ejemplo, en una imprenta, donde se ocupan pinturas y solventes, la oficina podría contaminarse por estos vapores. Para saber si el sitio se infectó, se ubican mosquitas en distintos sitios. Su observación posterior y la de su descendencia indicarán si existen factores de riesgo en los sitios evaluados.
Además, las moscas fueron los primeros organismos en los que se estableció —en condiciones de laboratorio— el riesgo que implica la exposición a radiaciones y los cambios que causan éstas en el material genético. Una gran cantidad de estudios realizados han situado a la mosca como un dosímetro biológico para la radiación.
Así que, aunque a veces puedan parecer molestas y su presencia suela tener connotaciones negativas, las moscas, al igual que todo ser vivo, cumplen un rol fundamental para el equilibrio ecológico y medioambiental en el planeta, además de que han ayudado a realizar estudios y pruebas que benefician al ser humano.
Con información de Gaceta UNAM