¿Te has puesto a pensar cuánto tiempo te ha tomado enamorarte y forjar tus distintas amistades?
Aunque no existe una fórmula para establecer una duración exacta del tiempo que pasa antes de que ames a alguien o le consideres tu amigo, diversos estudios e investigaciones muestran ciertos parámetros generales que aplican para estas relaciones.
En un estudio publicado en el Journal of Science and Personal Relationships se señala que necesitas menos tiempo del que imaginas para hacer amigos.
Luego de entrevistar a personas que recientemente se habían mudado a otra ciudad y a estudiantes recién ingresados a una nueva escuela, la investigación concluye que se necesitan entre 40 y 60 horas para pasar de conocidos a amigos casuales, entre 80 y 100 para considerarse buenos amigos, y más de 200 para llegar a ser amigos cercanos o mejores amigos.
Es decir, en general, las personas tardan poco más de 8 días completos en forjar una relación de amistad sólida.
El profesor Jeffrey Hall, autor del estudio, concluye que forjar lazos de amistad es un proceso que requiere tiempo y esfuerzo, en el que influyen las actividades que se comparten, el tiempo que se pasa con la otra persona y la cercanía o confianza que se da.
Y así como puede haber amistades que duren para toda la vida, la mayoría de las amistades termina pasados algunos años. Además de conflictos, peleas y deslealtades, el principal motivo para que una amistad llegue a su fin suelen ser los cambios constantes que viven las personas, en cuanto a sus ocupaciones, intereses, aficiones y actitudes.
Cuando estos aspectos ya no coinciden, la frecuencia del trato es cada vez menor, el contacto se empieza a perder, y la amistad termina poco a poco.
Al respecto, el sociólogo holandés Gerald Mollenhorst realizó una investigación para conocer el tiempo promedio que duran las relaciones de amistad. De acuerdo con sus resultados, sólo el 48% de los amigos mantienen su relación por más de 7 años. Y cuando una amistad supera ese tiempo, el investigador afirma que es muy posible que dure para siempre.
En el caso del amor, a veces ocurre lo que se llama “amor a primera vista” y las personas se enganchan tras el flechazo inicial. En otros casos, pueden convivir como conocidos o amigos y, tras cierto tiempo, empezar a experimentar sentimientos de atracción y amor que antes no habían aparecido.
Un estudio realizado en la Universidad de Siracusa, en Estados Unidos, revela que en una fracción de segundo el amor activa 12 áreas del cerebro para liberar sustancias químicas, como dopamina, oxitocina y adrenalina, que producen una euforia similar a la que causa el consumo de drogas como la cocaína. Así que puedes sentirte enamorado en cuestión de segundos.
La antropóloga Helen Fisher ha comprobado que durante el enamoramiento las mujeres segregan dopamina y se activan partes del cerebro encargadas de la memoria y la rememoración, mientras que en los hombres se activan las zonas del cerebro que responden a los estímulos visuales.
Para ellos, el aspecto físico desencadena la liberación de esa sustancia y por eso suelen enamorarse más rápidamente. Ellas, en cambio, tardan más en enamorarse, porque necesitan más interacción con la otra persona.
Por otro lado, investigadores de la Universidad de Pisa, en Italia, realizaron una investigación cuyos resultados determinan que el efecto de estos procesos neuroquímicos solamente dura un promedio de 3 años, etapa conocida como enamoramiento o amor pasional, en el que se desata toda una cadena de reacciones físicas, como el aumento del ritmo cardiaco, el nerviosismo y las llamadas mariposas en el estómago.
Una vez que pasan entre 1 y 4 años, el cerebro se adapta y la segregación de las sustancias del amor se normaliza, por lo que todo vuelve a un estado “normal”. Este es el punto decisivo en el que una relación termina o continúa para fortalecerse.
Si la pareja permanece unida, en esta nueva etapa, que es el amor de pareja, el cerebro empieza a fabricar otro tipo de sustancia llamada endorfina, la cual es mucho más suave que la dopamina, pero igual de adictiva y más placentera.
Cuando se llega a este punto es cuando se consolidan el apego sano y el compromiso. Así, el amor no tiene fecha de caducidad, y aunque por diversos motivos la relación puede terminar, son las parejas que alcanzan este nivel las que tienen la posibilidad de amarse para toda la vida.