Tu mejor amiga en el mundo entero te acaba de dar la gran noticia: se casa. Intentas sentirte feliz por ella, pero en el fondo sientes una ola de celos que te hacen difícil esta tarea. No eres la primera, ni serás la última en experimentarlo. Si estás al principio de este proceso, estas son algunas de las sensaciones que es perfectamente normal que tengas:
- No esperabas que te llegara tanto. Estás genuinamente sorprendida de las emociones que han salido a flote tras enterarte del “notición”. Te sientes como una niña pequeña que no consiguió el juguete que quería. Aunque sabías que cuando llegara este momento sería agridulce, no tenías idea de que iba a remover tantas cosas en tu interior.
- Parece que todo el mundo comienza el resto de su vida, excepto tú. Te encuentras en la etapa donde todas tus amigas se casan y algunas ya hasta tienen bebés. Aunque estás en una relación estable, sabes que todavía estás lejos de que suenen campanas de boda para ti. Puede ser que antes no te hayas visualizado en el camino “tradicional”, pero ahora resulta que cada vez te dan más ganas de hacerlo.
- Te sientes avergonzada de sentir celos, pues tu amiga está realmente feliz. Nunca la habías visto tan segura de algo y tan emocionada. Te llama para consultarte cada decisión que tenga que ver con la planeación de la boda. El lugar, las invitaciones, el vestido, las flores, el fotógrafo… prácticamente ejerces como wedding planner. Siempre has querido que tu amiga sea feliz, y no es que tú no estés contenta con tu vida, pero hay algo en estar tan involucrada con el evento que te hace sentir culpable por tus sentimientos encontrados.
- Tienes miedo de que la amistad cambie. Es tu amiga más cercana desde que tienes memoria y, para ser honesta, temes que la dinámica de su relación no sea la misma. Estás consciente de que ahora toda su energía estará enfocada en planear el gran día y en su futuro esposo. Te preocupa que ya no tendrá tiempo para ti y tus problemas, aunque suene egoísta.
- Sabes que tendrás que superar estos sentimientos. Como su mejor amiga, te toca estar a su lado y apoyarla al 100 en todo el proceso. Te esperan despedidas de soltera y todo tipo de preparativos para la boda. Trabajas en trascender toda esa envidia y estar disponible emocionalmente para no tener más que buena vibra para dar. ¡Ánimo! Lo puedes lograr.
Ten en mente que no es el fin del mundo, eres humana. Estar consciente y reflexionar sobre la raíz de estas emociones es el primer paso para superarlas. Compartir la felicidad de nuestros seres queridos es una experiencia muy enriquecedora.
Con información de Bolde