Algunas parejas que quieren la separación definitiva o simplemente atraviesan por un momento difícil consideran la terapia de pareja para darse una segunda oportunidad, o sencillamente para desfogar sentimientos encontrados de manera civilizada.
La terapia de pareja es también una manera de mantener la relación viva y saludable, no necesariamente tiene que haber un problema.
Toma en cuenta todo lo que implica la terapia de pareja y si están dispuestos:
El enfoque: La terapia de pareja es originaria del siglo XXI, ya que anteriormente los terapeutas se enfocaban únicamente a los problemas del individuo. Actualmente la terapia de pareja se cimienta en un hecho, en este caso el matrimonio, en el que cada persona tiene una visión distinta y sentimientos que quizá no sean muy claros al respecto.
Si la pareja atraviesa por un problema fuerte, lo que se hace es evaluar en retrospectiva las causas de ese problema en un diálogo concienzudo. Una de las técnicas que se utiliza en las terapias de pareja para terminar la mala comunicación es la del “espejo”.
En el “espejo”, uno de los integrantes del matrimonio dirá exactamente cómo se siente respecto a la situación problemática, y después el otro debe repetir exactamente lo que dijo el primero anteponiendo la oración “yo escucho que te sientes...”.
Ejemplo: “Me siento menospreciada por tu familia”, y el siguiente repite: “yo escucho que te sientes menospreciada por mi familia”.
Idealmente, un terapeuta de pareja debe:
¿Quién puede dar este tipo de terapias?
Son muchos los terapeutas que dicen estar calificados para dar asesoría matrimonial, pero recuerda que la terapia debe ser el sitio en el que te sientas 100% segura y eso no sucederá si no estás primero segura del profesionalismo de la persona que está llevando tu caso. Investiga previamente las credenciales del terapeuta.
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Muchas veces es mejor pagar un poco más y contar con un especialista que se dedique exclusivamente a las crisis matrimoniales que pagar una tarifa económica a un terapeuta del cual no estás muy segura. Antes que nada recuerda que es una inversión que estás haciendo en ti, ¿le pondrías precio a tu felicidad? Tu relación matrimonial puede salvarse si ambos ponen de su parte, es cuestión de voluntad y compromiso.