De acuerdo con el profesor Richard Hackman, de la Universidad de Harvard, huir del conflicto no te llevará a nada bueno. De hecho, aunque huyas de él, en algún punto regresará para que resuelvas aquello que causa problemas en tu relación.
Algunas parejas le tienen miedo a tener diferentes opiniones acerca de algo, pero esto solamente hará que te sientas frustrado y en algún momento explotes.
Los investigadores también han encontrado que cuando las parejas evitan discutir las diferencias, no se involucran con las cosas que realmente importan. Específicamente, cuando las parejas evitan hablar de dinero, religión, hijos y parientes políticos, son menos felices con el tiempo, y eso es particularmente cierto para las mujeres.
Cuando te molesta el conflicto en una relación, es natural que sientas lástima por ti mismo y desees que las cosas sean diferentes. Esto es normal, pero también inmaduro. No te sientas estafado cuando tengas desafíos o pienses que deberías estar exento de problemas en tu relación. Cuando un cónyuge se queja de la realidad, añade un nuevo problema al existente: el resentimiento por algo que no es probable que cambie.
Según las estadísticas, solamente el 31% de las conversaciones que tienen las parejas son problemas que sí se pueden resolver. Esto quiere decir que el 69% de los problemas restantes siempre estarán ahí. Lo que tienes que hacer es aprender a trabajar con ello y aceptar esas diferencias.
¿Has sentido que en ocasiones no quieres hablar de lo que sientes porque puede ser tedioso o estresante para tu pareja? Bueno, seguramente, como muchas personas, respondiste que sí. Esto es algo común: no querer hablar para no lastimar o remover las aguas.
El problema es que en algún punto esas cuestiones van a salir a flote y puede que sea mucho peor. Eso no quiere decir que tengas que hablar de absolutamente cada detallito o problema, pero sí que te sientas con toda la confianza de hacerlo cuando lo necesites.
En una conversación con tu pareja siempre tienen que tomar en cuenta que no deben explotar, exagerar o ponerse a la defensiva. Si tu pareja o tú se enojan, la conversación puede escalar de tono y las cosas se pueden volver dañinas para ambos. Mejor platiquen desde un lugar de respeto y tranquilidad.