El país galo acaba de tomar un paso importante para limitar el uso de la tecnología móvil en los colegios. A partir de este nuevo año escolar, todos los estudiantes menores de 15 años no tienen permitido usar smartphones, tablets y smartwatches dentro del centro de estudios.
Esta nueva ley tiene como objetivo eliminar las distracciones durante el tiempo lectivo, fomentar la interacción social entre estudiantes y combatir el cyberbulling, según el Ministro de Educación francés, Jean-Michel Blanquer. La normativa aplica específicamente al equivalente de lo que en México sería el kínder y hasta tercero de secundaria. Las preparatorias tienen la opción de instituir la prohibición también. Cada escuela tendrá la capacidad de determinar cómo hacer que se respete.
Desde luego, hay lugar para las excepciones. Los profesores pueden permitir el uso de cierta tecnología cuando la clase lo requiera, y cualquier niño o joven que tenga una emergencia puede solicitar el uso del teléfono móvil. "No buscamos rechazar el progreso tecnológico –eso sería absurdo– sino más bien dominarlo, para asegurarse de que el hombre es el amo de la máquina", dijo Blanquer. "Todo comienza con la educación".
La medida drástica llega en un momento en el que cada vez más padres y educadores a nivel mundial expresan su preocupación ante la adicción tecnológica de los más jóvenes. En Francia, el 86% de los adolescentes de entre 12 y 17 años tiene celular, mientras que en el 2014 sólo era el 59%. Según datos del INEGI, en México el 73.6% de la población mayor de tan sólo 6 años utiliza este medio de comunicación. ¿Deberíamos seguir el ejemplo del país europeo?
Algunas investigaciones señalan que el uso excesivo de las redes sociales aumenta el estrés y la sensación de soledad. Un estudio reciente encontró que prohibir estos aparatos en los colegios mejora el desempeño académico.
Una cosa está clara: mientras los responsables de hacer leyes trabajan en crear reglas efectivas para el uso de la tecnología, los padres de familia de todos los países pueden encargarse de ayudar a sus hijos a desarrollar una relación consciente con sus aparatos en casa. Por ejemplo, limitar el tiempo que pasan frente a una pantalla y crear espacios libres de wifi. No hay por qué estresarte en este proceso; puedes tomar pequeños pasos para saber qué es lo que funciona mejor para tu familia.
Con información de Mind Body Green