Darle de comer a tu bebé es uno de esos temas en los que siempre surge polémica. Como muchas veces en la vida, lo más rápido o “conveniente” no equivale a la mejor calidad. Recuerda que los niños y los bebés, al tener cuerpos mucho más pequeños, pueden hacer maravillas con los alimentos adecuados pero, de manera proporcional, la comida dañina los puede perjudicar mucho.
Lo más lógico es comenzar con el alimento que la naturaleza diseñó para ellos. La leche materna está llena de ácidos grasos, anticuerpos, nutrientes, proteína y moléculas bioactivas que protegen al pequeño. El contenido de grasas buenas y proteínas se adapta a sus necesidades. Además cuenta con un rango suero-caseína mucho más alto que el de la leche de vaca y la fórmula, lo que la hace mucho más fácil de digerir.
Por si fuera poco, amamantar también trae beneficios a la madre. Entre ellos, disminuye el riesgo de desarrollar cáncer (de senos, ovarios, cervicouterino y endometrial) y reduce la incidencia de depresión posparto, diabetes, infartos y otros padecimientos cardiacos. Desafortunadamente, la falta de conciliación entre la familia y el trabajo en México no permite que todas las madres den pecho al menos los primeros 6 meses de vida. Esto sólo ocurre en el 35% de los casos.
Aunque la lactancia es perfecta para el sistema del bebé, en algún momento comenzará a necesitar ingerir alimentos sólidos. Esto ocurre alrededor de los 6 meses de vida, o cuando ya pueda sentarse y sostener objetos pequeños y muestre interés en otros tipos de comida. Monitorea las señales de tu retoño, más allá de apegarte a un calendario estricto.
Es común que algunos médicos y pediatras recomienden empezar con arroz o cereales. Pero resulta que estos alimentos son más ricos en carbohidratos que otros nutrientes que el bebé necesita mucho antes, como el hierro. De hecho, los pequeños de 4 a 6 meses no producen suficiente amilasa, una enzima que ayuda a digerir los hidratos de carbono. Por esta razón, comer arroz u otras fuentes de almidón pueden irritar el sistema digestivo y, eventualmente, producir alergias alimentarias.
Estos son algunos alimentos que benefician el sistema digestivo de un bebé al mismo tiempo que satisfacen su necesidad de nutrientes más complejos, de acuerdo a la Asociación Francesa de Pediatría:
Siempre será una mejor opción hacer tu propia comida de bebé en casa, pues los productos prehechos del supermercado no tienen la misma cantidad de nutrientes y suelen incluir algo de azúcar y conservadores, sin contar con el ahorro que representa que prepares los alimentos tú misma. ¡Tu bebé merece los mejores cuidados!